ISSN 2618-5628
 
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Infancia  
Psicoanálisis, Psicopatología  
     

 
Caracterización Psicopatológica de Niñas entre 6 y 11 Años que Reciben Psicoterapia Psicoanalítica Grupal. Un Estudio Cualitativo
 
Bardi, Daniela
Universidad de Buenos Aires (UBA)
 
Grigoravicius, Marcelo
Universidad de Buenos Aires (UBA)
 
Borthiry, Deborah
Universidad de Buenos Aires (UBA)
 
Luzzi, Ana María
Universidad de Buenos Aires (UBA)
 

 

El presente trabajo expone algunos resultados de un proyecto de investigación, que se propone el estudio psicopatológico de una población clínica y no-clínica de niños y niñas entre los 6 y 11 años de edad, diferenciándolo por género. En esta oportunidad se presentan los resultados del "perfil psicopatológico" realizado específicamente con las niñas pertenecientes a la población clínica, quienes reciben psicoterapia psicoanalítica grupal de frecuencia semanal.

El proyecto de investigación en curso aborda los interrogantes que surgen de la práctica clínica en el Servicio de Psicología Clínica de Niños (SPCN) creado hace 30 años por la asignatura Psicoanálisis: Escuela Inglesa, Cátedra II, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. El SPCN está ubicado en la zona sur del área metropolitana de Buenos Aires y brinda asistencia psicológica gratuita a niños y niñas entre 3 y 12 años que no poseen cobertura de salud y se encuentran en condiciones de extrema vulnerabilidad psicosocial.

El "perfil psicopatológico" consiste en una caracterización a partir del estudio de las actitudes, comportamientos, modos de relación con pares y adultos, como así también las características y especificidades de las producciones lúdicas, gráficas y verbales de los niños y niñas en el contexto de psicoterapia psicoanalítica grupal. La finalidad del perfil psicopatológico es la construcción de indicadores de posible psicopatología infantil que podrán ser utilizados como estrategias de prevención en salud mental. Para este trabajo se seleccionaron sólo las integrantes niñas de los grupos psicoterapéuticos.

Dicha selección está motivada por la notable escasez de estudios específicos sobre psicopatología de la niñez que cuenten con una perspectiva de género; numerosos estudios señalan a las niñas como un grupo con características específicas, que constituye un segmento de la población infantil con mayor vulnerabilidad que los niños varones y que son escasamente estudiadas.

La consideración de una perspectiva de género, al momento de analizar las manifestaciones clínicas, resulta de importancia ya que se observa que ciertos estereotipos de género se convierten en verdaderos obstáculos para el acceso a los servicios de salud mental. Sáenz Herrero (2017), señala que ciertos prejuicios o estereotipos sobre el género condicionan la manera en que determinado problema es percibido como tal y jerarquizado entre otros; esto por lo tanto tendrá una incidencia directa en la manera de abordarlo. Podríamos agregar que esta situación se profundiza en la niñez puesto que, en estos casos, son los adultos quienes, por regla general, perciben o detectan dichas problemáticas en los niños y niñas para su posterior consulta. Es decir que las expectativas de los adultos sobre lo que se considera un problema de salud mental para un niño o para una niña, será determinante para el acceso a los servicios de salud.

En este sentido, algunos estudios comenzaron a visibilizar la escasa cantidad de niñas que eran derivadas o llegaban a la consulta por salud mental (López-Soler, Castro Sáez, Alcántara López, Fernández Fernández y López Pina, 2009). Esta situación no debe ser interpretada como que las niñas presentan menores problemas psicopatológicos o padecimientos subjetivos. Los escasos estudios epidemiológicos que se realizaron con población infantil arrojan como resultado que las niñas presentan padecimientos subjetivos que se manifiestan de manera diferente a las manifestadas por los varones.

Generalmente, las niñas suelen presentar problemáticas ligadas a la inhibición y sentimientos depresivos o somatizaciones, entre otros síntomas "internalizantes" (Luzzi y Slapak, 2013; Navarro-Pardo, Moral, Galán y Beitia, 2012; Ocampo y Palos, 2008; Rescorla y otros, 2007; Samaniego, 2008).

Puede decirse entonces que los padecimientos psicológicos de las niñas, muchas veces, suelen pasar "desapercibidos" para los adultos de su entorno y que por ende son escasamente detectados precozmente para su consulta. Esta situación trae aparejado que las consultas se realicen recién cuando el padecimiento se agrava en edades posteriores.

Resulta de interés un estudio sobre problemas comportamentales realizado con población infantil cuyo promedio de edad era de siete años (Sibel Halfon, Ayşenur Coşkun, Özlem Bekar & Howard Steele, 2020); se comprobó una relación estadísticamente significativa entre la presencia de problemas "externalizantes" y dificultades en la "mentalización". Los problemas "internalizantes" por su parte, se asociaron a las dificultades en el registro de las propias emociones y a la tendencia a "mentalizar" a los demás a expensas de los propios estados mentales. Merece destacarse que la dificultad para registrar las propias emociones y estado mental podrían ser predictores de síntomas "internalizantes", mientras que las dificultades para la "mentalización" podrían serlo de la presencia de síntomas "externalizantes". La triangulación con los análisis cualitativos han respaldado estos resultados, lo que sugiere que los niños y niñas con problemas "internalizantes" suelen subestimarse a sí mismos y tienen mayores dificultades para el registro de sus emociones.

 

Método

Para la construcción de un perfil psicopatológico, desde la perspectiva psicoanalítica de la población clínica, se estableció una muestra compuesta por el material clínico de sesiones de psicoterapia psicoanalítica grupal correspondiente a 50 niños y niñas entre 6 y 11 años de edad que reciben en forma simultánea asistencia psicoterapéutica grupal en el SPCN. Esa muestra (N= 50) está conformada por 39 varones y 11 niñas.

En este trabajo se estudian solamente las producciones de las niñas, la cual quedó conformada del siguiente modo: todas las niñas entre 6 y 11 años que asisten a grupos psicoterapéuticos en forma simultánea. N=11.

Instrumentos: 1) Historia Clínica; 2) Una encuesta sobre datos sociodemográficos construida por el equipo en investigaciones anteriores (Sautu, R.; Slapak, S.; Di Virgilio, M.; Luzzi, A.M.; Martínez Mendoza, R, 1999). Se recaban: sexo y edad de los niños; año de escolaridad. Datos de los adultos responsables del niño, se indica quién responde el cuestionario (padre, madre, familiar u otro), edad, ocupación, estado civil y nivel de instrucción de ambos padres; se indaga en quién recae principalmente el sostén económico del hogar. Características de los hogares: número de integrantes; cantidad de habitaciones, cantidad de niños en la familia o en el hogar (índice de hacinamiento). Se administra a los padres o adultos responsables; 3) Registros observacionales textuales de sesiones de psicoterapia grupal de niños y niñas.

Procedimiento: Los grupos psicoterapéuticos psicoanalíticos están conformados por un máximo de ocho integrantes, compuestos tanto por niños como por niñas, que poseen una diferencia etaria entre sí no mayor a dos años. Asimismo, son grupos heterogéneos en cuanto a la psicopatología y los motivos de consulta. Se utiliza la técnica de juego para su análisis (Klein, 1926); cada grupo psicoterapéutico cuenta con una caja propia con diversos materiales que se ofrecen para que los integrantes puedan iniciar y desarrollar juegos, dibujos o verbalizaciones espontáneamente.

Las psicoterapias estuvieron a cargo de cuatro equipos psicoterapéuticos, externos al equipo de investigación, conformados por un psicoterapeuta y un observador no participante, cuya función es construir un registro escrito generado en simultáneo con el transcurrir de la sesión, incluyendo las intervenciones del psicoterapeuta, las respuestas de los pacientes y los gestos y acciones de ambos.

Los psicoterapeutas tienen el mismo nivel de entrenamiento y experiencia clínica; recibieron seis años de entrenamiento específico en psicoterapia psicoanalítica grupal. Los observadores fueron entrenados durante dos años en la capacidad de observación, con criterios derivados de aquellos utilizados en la Tavistock Clinic para la capacitación de los psicoterapeutas (Bick, 1964).

Se seleccionaron 12 registros observacionales de las sesiones de cada uno de los grupos, elegidas sistemáticamente la tercera sesión de cada mes durante un año, resultando un total de 48 registros observacionales. Las producciones de las niñas, su comportamiento, actitudes y los modos de interacción en las sesiones de psicoterapia fueron analizados por medio de la aplicación del MAPPP-N/ (Derechos de Autor, Nº 5117227), método construido por el equipo de investigadores para el estudio de sesiones de psicoterapia, el cual incluye códigos analíticos y sus definiciones agrupadas en Manuales de Códigos y los criterios de aplicación y análisis que conforman el Manual de Procedimientos (Luzzi, A; Bardi, D; Ramos, L & Slapak, S., 2015). Este método obtuvo como resultado de la prueba de confiabilidad un Valor de K Fuerza de concordancia: 0,711 (confiabilidad muy buena). El MAPPP-N es apto para su aplicación a sesiones de psicoterapia psicoanalítica individual y psicoterapia psicoanalítica grupal. Este método permite hacer un seguimiento individual de cada paciente y apreciar la interacción entre los pares y con el psicoterapeuta. A pacientes y psicoterapeutas se les asignan códigos, para diferenciar e identificar a cada paciente y a cada psicoterapeuta, en preservación de normas éticas y de confidencialidad.

Las producciones de las niñas se codificaron según su tipo: actividades, juegos, expresión gráfica, verbalizaciones, actuaciones, expresiones no verbales, entre otras. Se consignaron asimismo las dificultades de expresión, los instrumentos o medios de las respuestas, los temas manifiestos, los participantes, los destinatarios y los tipos de interacción con el psicoterapeuta y con los pares. Además, se estudió la frecuencia y tipo de intervención del psicoterapeuta en relación con el género del paciente. Los datos obtenidos de la aplicación de los códigos, se relacionaron con los problemas comportamentales y emocionales registrados en el motivo de consulta y con datos de las historias clínicas y de las encuestas sobre datos sociodemográficos.

 

Resultados

Los motivos que originaron la consulta psicológica de las niñas de la muestra fueron: bajo rendimiento académico y dificultades de concentración (8 niñas); trastornos de alimentación, de la eliminación y manifestaciones psicosomáticas (4 niñas); dificultades de integración social (2 niñas); accidentes reiterados y conductas violentas (2 niñas). Como se observa, algunas niñas presentaron más de un motivo de consulta.

Del análisis cualitativo de las sesiones, se advierten dos modalidades en el funcionamiento de las niñas durante las sesiones, bastante diferenciadas, que podrían denominarse del siguiente modo: "niñas introvertidas" y "niñas extrovertidas".

Niñas "introvertidas" N= 7.

Principales características reflejadas en la asignación de códigos (los códigos están en cursiva; las definiciones están en el Apéndice).

Respecto de la relación con sus pares, estas niñas mayoritariamente interactúan con una sola compañera del grupo, estableciendo una relación de dependencia, adhesión y colaboración. Con sus compañeros varones, manifiestan predominantemente temor, y al finalizar el período estudiado, rivalidad. Suelen estar muy atentas a las actividades y

juegos de los varones, que son objeto de su observación. El vínculo con el psicoterapeuta se caracteriza por la dependencia, aplacamiento y en menor medida, colaboración. Se observa en estas niñas un predominio de expresiones no verbales por sobre las verbalizaciones: silencio, retraimiento, gestos y observación. Respecto de las verbalizaciones, prevalecen los monosílabos y las onomatopeyas -por lo general como respuestas a preguntas del psicoterapeuta- y ante nuevas intervenciones del psicoterapeuta, logran realizar descripciones y manifestaciones de fantasías. En los últimos meses del período estudiado comienzan a observarse llamados y consultas al psicoterapeuta.

Las producciones lúdicas se caracterizan por su escaso desarrollo, bajo la modalidad de juego dramático, de moldeado o de construcción, por lo general referidos al tema de la alimentación. Los temas expresados en las producciones estuvieron referidos a la alimentación, los peligros, las muertes y las enfermedades. El uso del espacio se caracteriza por la restricción. En estas niñas no se registraron actuaciones en todo el período estudiado.

Niñas "extrovertidas" N= 4.

Principales características reflejadas en los códigos (los códigos están en cursiva; en el Apéndice se presentan las definiciones).

En la vinculación con sus pares, las niñas "extrovertidas" se caracterizan por mantener una relación más estrecha con otra niña, con la que establecen una relación que oscila entre la hostilidad y rechazo, rivalidad, complicidad y por momentos colaboración. Se relacionan activamente con sus compañeros varones con quienes suelen competir, estableciendo una relación que se caracteriza por la rivalidad, competencia y en menor medida colaboración. Con el psicoterapeuta el vínculo se caracteriza por la ambivalencia; la relación oscila entre la oposición y desafío, la colaboración, la hostilidad y en menor medida el temor. Las verbalizaciones son en su mayoría llamados al psicoterapeuta reclamando atención o expresando quejas. En ocasiones pueden efectuar manifestación de sus fantasías en relación con sus producciones, aunque con escasa fluidez en la expresión verbal. Cuando se dirigen a sus compañeros varones, son frecuentes los llamados y las expresiones hostiles. Manifiestan expresiones no verbales en las que abundan los gritos, risas, gestos, y en menor medida el silencio.

Las producciones lúdicas suelen tener escaso desarrollo, predominando los juegos de competencia en los que rivalizan con los varones y también juegos dramáticos y de moldeado realizados junto con otra niña, que tienen un incipiente desarrollo y se interrumpen pasando a otra actividad o por actuaciones con el cuerpo, el consultorio o los materiales.

En todo el período estudiado se registran numerosas actuaciones con el cuerpo, los materiales y el consultorio y un uso del espacio con expansión.

Si bien en su modalidad de expresión las niñas "introvertidas" y las "extrovertidas" se diferencian, es pertinente destacar los rasgos en común. En las niñas "introvertidas" y aquellas que se caracterizan por su "extroversión", encontramos dificultades para tramitar la ansiedad de separación con sus objetos y habría aspectos depresivos subyacentes.

En las Historias Clínicas y en las encuestas sociodemográficas se registra que todas las niñas han padecido situaciones de pérdida relacionadas con la muerte de un familiar cercano, o con la brusca "desaparición" de uno de los progenitores por conflictos de pareja o con la ley, además de haber sufrido situaciones de violencia intrafamiliar.

La dificultad de concentración se evidencia en las sesiones en las dificultades manifestadas en el desarrollo de las actividades lúdicas; las niñas "introvertidas" comienzan un juego - ya sea dramático, de construcción o de moldeado-, no lo pueden sostener en el tiempo y su desarrollo declina o se corta. La actividad se interrumpe y las niñas se quedan observando lo que hacen sus compañeros o se retraen ensimismadas con objetos que trajeron de su casa, actitudes que denotan una retirada del interés libidinal en la actividad comenzada. Las niñas "extrovertidas" comienzan juegos de competencia o dramáticos que tampoco tienen un desarrollo en el tiempo, ya que pasan rápidamente a otra actividad, saltando de "un objeto a otro" con un contacto superficial, de un modo exaltado y a través de actuaciones con el cuerpo. Las producciones lúdicas de estas niñas representan fielmente el estilo festivo descripto por Liberman (1962): tienen un ritmo acelerado, no siguen un hilo conductor, se diversifican y se expanden por todo el consultorio. Las actuaciones de estas niñas, muy frecuentes, no tienen una finalidad destructiva, constituyen una descarga impulsiva y un reclamo activo al psicoterapeuta, pedido de atención que también se manifiesta en la alta frecuencia de los llamados. Si bien no tienen una finalidad destructiva, en muchas oportunidades se ponen en riesgo o lastiman a terceros. Dentro de este grupo hay niñas que padecieron accidentes a repetición.

Las niñas de la muestra han manifestado estar pendientes de la aprobación o de la atención de sus terapeutas. En los primeros meses de la psicoterapia, las niñas "introvertidas" parecían estar atentas a los gestos de aprobación o rechazo de su terapeuta, contestando con gestos o monosílabos; esta actitud se fue modificando en el curso de la psicoterapia y en los últimos meses se advirtió un cambio terapéutico expresado en la posibilidad de efectuar consultas y participar más activamente. Las niñas "extrovertidas" reclamaban constantemente la atención de sus terapeutas con

llamados reiterados, de modo exigente e imperioso. Cuando no lo obtenían -o lo obtenían pero no era suficiente para ellas, ya que pareciera que nada era suficiente para estas niñas- aparecía el desborde emocional y las actuaciones -golpearse la cabeza contra la pared, lastimar a sus compañeros, entre otras-. Esta actitud fue declinando al final del período estudiado sólo en una niña, quien pudo manifestar sus aspectos depresivos a través de manifestación de fantasías. En ambos grupos, con modalidades diferentes, el vínculo con el terapeuta se caracterizó por la necesidad de una cercanía extrema, que les convalidara si eran queridas o rechazadas, vínculo de extrema dependencia y ambivalencia objetal.

Los observables registrados en las sesiones, junto al predominio en los motivos de consulta de un bajo rendimiento académico y dificultades de concentración, nos lleva a inferir en ambos grupos de niñas la presencia de estados depresivos en la niñez (Sandler y Joffe, 1965), como así también la manifestación de defensas maníacas que enmascaran sentimientos depresivos (Wasserman, 2008).

Respecto de las intervenciones de los psicoterapeutas, es notoria la mayor frecuencia de señalamientos, interpretaciones, preguntas -entre otras intervenciones- dirigidas a los integrantes varones y a las niñas "extrovertidas", respecto de aquellas destinadas a las niñas "introvertidas". Algo similar sucede en los registros observacionales, en los que abundan las descripciones de las actitudes, producciones y acciones de los varones y de las niñas "extrovertidas". Las niñas "introvertidas" parecieran no ser registradas suficientemente por el equipo terapéutico. Esta situación debe comprenderse en el contexto de la dinámica transferencia/contratransferencia. El dispositivo psicoterapéutico genera las condiciones necesarias para que se produzcan fenómenos de repetición: las manifestaciones sintomáticas de los pacientes comienzan a desarrollarse ahora en el vínculo transferencial con el terapeuta. De tal manera que se actualizan en el tratamiento los patrones vinculares establecidos con los objetos, generando a su vez, una resonancia contratransferencial en el terapeuta. En la literatura psicoanalítica se han descrito las dificultades de los terapeutas para "hacer contacto" con los niños que cursan un período depresivo (Liberman, 1983). A partir de los registros observacionales se vislumbra que se reitera en la dinámica transferencia/contratransferencia el mismo patrón vincular que evidencia el padecimiento de las niñas "introvertidas", quienes no son tenidas en cuenta o registradas suficientemente por su entorno. En este punto debe subrayarse que los terapeutas se ven afectados por respuestas contratransferenciales que resultan resistenciales para el tratamiento, debido a que replican los fallos ambientales de descuido y desatención de dichas niñas. Este observable debe convertirse en un aporte clínico fundamental, cuya finalidad consistiría en detectar estas respuestas contratransferenciales con el objetivo de rectificarlas y reconducir las intervenciones terapéuticas.

 

Algunas Consideraciones Finales

La sintomatología por la cual los niños y las niñas son derivados a la consulta psicológica suele ser variada y, en el curso de las psicoterapias, no siempre se identifican de modo pertinente los sentimientos depresivos subyacentes (Campo, 1993). La depresión en la infancia, solo algunas veces, se manifiesta explícitamente en las actitudes y en el estado anímico de los niños ya que tiende a expresarse de modo enmascarado, dificultando su detección.

Los datos que surgen de las historias clínicas y de las encuestas sociodemográficas informan que las niñas estudiadas han registrado reiteradas situaciones de pérdida en su corta vida y han crecido en un contexto familiar violento. Los adultos a cargo no cuentan con las herramientas necesarias para sostenerlas emocionalmente, ya sea por estar atravesados por urgencias de la supervivencia – desempleo, falta de alimentos, hábitats con alto nivel de hacinamiento-, o porque carecen de la estabilidad emocional necesaria.

El análisis de los datos permite especificar dos modos de presentación de sentimientos depresivos en las niñas en las sesiones de psicoterapia grupal, que a primera vista impresionan como opuestos: niñas "introvertidas" y niñas "extrovertidas".

Si bien su perfil psicopatológico es disímil, se infiere que son modos diversos de manifestación clínica de procesos depresivos incipientes en niñas prepuberales.

En general, la depresión es asociada a la inhibición, la tristeza y el desgano, por ello las niñas "inhibidas" responden de forma más acabada a la concepción de esta afección emocional; en cambio, las niñas "extrovertidas" quedan ubicadas como "oposicionistas" o "negativistas-desafiantes", lo que conlleva al riesgo de un tratamiento inadecuado en tanto se dejan de lado los aspectos asociados a la pérdida y a duelos no elaborados.

Melanie Klein (1940) retoma las ideas freudianas de Duelo y Melancolía (Freud, 1915), y propone una teoría del desarrollo mental en la que incluye al duelo como un proceso "normal" en la primera infancia que ubica en la "posición depresiva infantil".

En esta posición acontece el primer duelo que atraviesa el niño: el destete, y con ello todos los sentimientos, mecanismos, ansiedades y fantasías en relación a la pérdida. Klein supone procesos depresivos en la primera infancia y ubica a la "manía" como una defensa frente a la ansiedad depresiva. El modo en que el niño atraviesa la posición depresiva, esto es, el duelo por la pérdida del primer objeto de amor, determinará –junto a otros factores- la elaboración de futuras situaciones de pérdida.

Las situaciones de pérdida generan efectos que, en los niños, dependen de diversas variables: la edad del niño al momento de la pérdida, la situación del contexto familiar y la capacidad de los adultos a cargo para tolerar las emociones que la pérdida ocasiona en los niños. Tramitar un duelo implica una gran sobrecarga de trabajo para el psiquismo infantil, en el cual incidirá el modo en que el niño haya podido transitar la posición depresiva infantil, y la adquisición de ciertas categorías como "posible- imposible", constancia objetal y las nociones témporo-espaciales. La capacidad de contención emocional y de mentalización (Luyten, Nijssens, Fonagy & Mayes, 2017) que los adultos puedan ofrecerle al niño, tolerando sus posibles desbordes emocionales y pulsionales y la oscilación en sus recursos defensivos – negación, expresiones maníacas, desplazamientos-, así como las alteraciones en su estado de ánimo y de su conducta –irritabilidad, inquietud, temores, manifestaciones psicosomáticas- serán decisivos para que esas categorías no se derrumben (Casanova, Merea, Morici, Pelento, Popiloff y Waine, 2014).

El estudio del vínculo transferencial con el terapeuta de las niñas estudiadas, evidencia dificultades en la tramitación de la angustia de separación; la extrema dependencia es la contracara del enojo y rencor que no se permiten sentir por temor a la pérdida irremediable del objeto. La temática realista de sus juegos y verbalizaciones incluye referencias abundantes al vínculo materno, vínculo absorbente que les dificulta el pasaje objetal. Tal como se plantea en las investigaciones de Sibel Halfon (2020), estas niñas tienen dificultades en el registro de sus propias emociones por estar más atentas al estado de ánimo de sus personas significativas, en particular la madre; tienden a mentalizar a los demás a expensas de sus propios estados mentales.

Los resultados provisionales de este estudio revelan la importancia de construir indicadores basados en evidencia empírica, con el fin de detectar con mayor precisión el padecimiento subjetivo que subyace a la variedad de los motivos de consulta que presentan las niñas derivadas al SPCN. Puede pensarse que si estos motivos de consulta fueran tomados "superficialmente" podrían extraviar la estrategia clínica implementada.

Resulta de importancia subrayar el hallazgo de dos modalidades de manifestación clínica de los procesos depresivos en las niñas estudiadas: una modalidad ligada a la introversión, la dependencia y la inhibición; y otra modalidad ligada a defensas maníacas que se presentan como desafío, omnipotencia, expansión emocional y actuaciones.

Detectar la presencia de sentimientos depresivos en las niñas, junto a los mecanismos de defensa utilizados, contribuye a reorientar el foco terapéutico hacia la problemática de las pérdidas y los duelos; como asimismo poner en marcha estrategias terapéuticas que contemplen al entorno familiar de las niñas, dada la importancia para su sostén emocional.

Comprender las diferentes modalidades de manifestación clínica de procesos depresivos en niñas, permitirá que los adultos del entorno, tales como docentes, profesores de deporte, profesionales de la salud, entre otros, puedan detectar tempranamente signos de padecimiento psicológico que anteriormente no constituían una alarma, con el fin de realizar una consulta oportuna. De tal modo, la detección temprana del padecimiento subjetivo se convierte en una herramienta insoslayable para el diseño de estrategias de prevención en salud mental en la niñez.

 

Nota del autor

Proyecto 20020170100212BA "Estudio de los problemas comportamentales y emocionales de una población infantil del conurbano bonaerense desde la perspectiva epidemiológica y construcción de un perfil psicopatológico y sociodemográfico, diferenciando por género" Programación UBACyT 2018. Directora: Ana M. Luzzi. Investigación aprobada y financiada por la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

 

Referencias Bibliográfica

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Apéndice

Se presentan las definiciones de los códigos utilizados.

 

TIPOS DE INTERVENCIONES

INTERVENCIONES

Señalamiento: Descripción por parte del terapeuta de una situación, individual o grupal actual, que explicita aspectos manifiestos u observables en el aquí y ahora de la sesión, principalmente referidos a funciones yoicas y a aspectos emocionales de los pacientes. Interpretación: Intervención verbal del terapeuta respecto de contenidos latentes de las manifestaciones del paciente. Refiere a la actualización en el aquí y ahora con el terapeuta de las relaciones de objeto originarias. Incluye tipo de relación de objeto, ansiedades, defensas y fantasías.

Pregunta: Intervención del terapeuta que tiene como objetivo ampliar o recabar información.

RESPUESTAS A INTERVENCIONES

VERBALIZACIONES: Expresión oral de ideas, fantasías o pensamientos que pueden o no acompañar, actividades, juegos o expresiones gráficas.

Monosílabo: Verbalizaciones asertivas, negativas o dubitativas: "sí", "no" o "no sé". Llamados: Verbalizaciones destinadas a concitar la atención, reclamos, pedidos y quejas. Manifestación de fantasías: Verbalizaciones que ponen de manifiesto el vínculo activo entre los objetos internos (Escenificación)

Descripción: Verbalizaciones que narran situaciones o acciones.

Reflexión: Verbalizaciones que expresan pensamientos sobre las propias acciones y emociones.

Consultas: Verbalizaciones que recaban información.

Onomatopeyas: Expresión oral que reproduce el sonido de una cosa o animal.

EXPRESIONES NO VERBALES: Fenómenos de descarga que pueden o no acompañar expresiones simbólicas.

Risa Llanto

Expresiones hostiles: Incluye expresiones, (por ej.: interjecciones y "malas palabras") y acciones corporales (por ej.: dar patadas o escupir)

Gestos: Todas las acciones físicas efectuadas con la cara, con partes del cuerpo o con todo el cuerpo.

Expresión de júbilo: Incluye expresiones (Por ejemplo: ¡Aleluya!, ¡Iupiii!, ¡Vamos todavía!, ¡Hurra!) y acciones corporales (Por ejemplo: agitar los brazos expresando alegría, saltar)

Ruidos: Descargas sonoras inespecíficas.

JUEGO: Expresión simbólica de fantasías.

Juego de construcción: Juego que consiste en la construcción o armado de un objeto.

Juego de competencia: Juego que implica una competencia entre los participantes. Juego dramático: Juego en el cual el/los pacientes/s interpretan personajes o roles; pueden o no utilizar materiales en cuyo caso deben ser pertinentes.

Juego reglado: Juego que se desarrolla en el marco de reglas o normas.

Juego de moldeado: Juego realizado con plastilina (material que forma parte de la caja de juegos)

ACTUACIONES: (Acting): Son acciones intempestivas e inesperadas, ponen de manifiesto de manera no simbólica fantasías e impulsos y están destinadas a evitar el dolor psíquico, incluye las llegadas tarde, entre otras acciones.

OBSERVACIÓN: Actitud que demuestra atención frente a lo que ocurre en la sesión.

RETRAIMIENTO: Actitud personal de reserva y poca comunicación.

SILENCIO: Registro de ausencia de manifestaciones orales cuando se espera una respuesta. Puede tener varios orígenes: oposición, retraimiento, reflexión, entre otros.

INSTRUMENTOS:

Materiales: Material de la caja de juegos.

Cuerpo: Acciones de pacientes realizadas con su cuerpo (saltar, correr, etc.)

USOS DEL ESPACIO:

Expansión: Uso abarcativo y extensivo del espacio del consultorio.

Restricción: Uso limitado y reducido del espacio del consultorio.

TIPOS DE INTERACCIÓN: Refiere a la interacción de los integrantes entre sí, con el terapeuta y con el observador. Son términos descriptivos, no conceptos teóricos. Colaboración: El paciente ayuda o coopera con el terapeuta, observador o par en la realización de los fines del tratamiento.

Aplacamiento: El paciente realiza acciones destinadas a agradar, satisfacer, apaciguar al terapeuta, observador o par.

Complicidad: Se refiere a la relación entre dos o más pacientes en la que se actúa de modo encubridor respecto de alguna trasgresión.

Oposición, desafío: El paciente reta, provoca o compite, con el objetivo de contrariar el trabajo del terapeuta, observador o par.

Temor: El paciente realiza intentos de huida o rechazo de aquello que él considera dañino, arriesgado o peligroso proveniente del terapeuta, observador o par, mediante distintos recursos (verbales, corporales, gestuales).

Dependencia: El paciente manifiesta la necesidad de recibir atención y cuidados por parte del terapeuta, observador o par.

Hostilidad, rechazo: El paciente contradice con enojo lo que el terapeuta, observador o par expresa y no admite propuesta u ofrecimiento alguno.

Adhesión: Se refiere a la relación entre dos o más pacientes en la que se produce una unión o enlace de acciones sin diferenciación entre ellos.

Rivalidad: El paciente pone de manifiesto emociones vinculadas a los celos con el terapeuta, el observador o los pares del grupo.

 

 
5ta Edición - Diciembre 2020
 
 
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