ISSN 2618-5628
 
HOME   INDICE   AUTORES   LEGISLACIONES VIGENTES   CONTACTO      
 
Salud mental  
Historia, Ley de salud mental  
     

 
Epidemia y salud mental en contexto de reforma institucional. El caso del instituto frenopático
 
de Lellis, Martin
Universidad de Buenos Aires (UBA)
 
Lucchetti, Cesar
Clínica Las Heras
Instituto Frenopático
 
Virgillo, Antonio
Clínica Las Heras
Instituto Frenopático
 

 

Los orígenes

El Instituto Frenopático fue creado hace 141 años en un contexto en el cual el país se vio asolado por la cuarta ola de propagación de la fiebre amarilla, con epicentro en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires.

A través de la obra de pioneros como Herrera Vegas, Pastor Sosa y Eduardo Pérez, el I.F.S.A. presentó desde sus inicios unidad de propósito y un sentido misional que, sin desatender los fines lucrativos, buscaba encarnar en su acción valores universales propios de su tiempo.

Sus pioneros se destacaban por una impronta de compromiso médico y humano que incluían la participación en campañas médicas de atención a los "males sociales de la época": tuberculosis, alcoholismo, patologías transmisibles, retardo mental y locura.

Como concepción dominante en la Salud pública se imponían las corrientes higienistas, que proyectaban importantes iniciativas de saneamiento y protección ambiental en lugares públicos y, sobre todo, en las urbes en crecimiento y prontas a convertirse, como Buenos Aires, en una gran megalópolis.

El higienismo influyó también en la construcción de establecimientos para la atención de patologías transmisibles y en la realización de campañas educativas para proteger la salud al interior de las unidades domésticas, así como en dar respuesta a las nuevas cuestiones sociales que portaron las oleadas inmigratorias: el hacinamiento en inquilinatos, la exposición a agentes tóxicos tanto en los lugares de trabajo como en los ámbitos de residencia.

Dichas preocupaciones e iniciativas higienistas serían recobradas por los referentes de la psiquiatría, contribuyendo a fortalecer los aportes que, en muchas partes del mundo, comenzaron a asociarse a la higiene mental.

En la Institución, edificada con la participación de destacados arquitectos y paisajistas se reflejan no sólo los importantes recursos volcados a la atención de la vulnerabilidad social sino también la adhesión a patrones estéticos dominantes de la época, reconociéndose aquí también el influjo de los criterios higienistas proveniente de la tradición francesa en las cuestiones ambientales y también en el diseño edilicio.

Destinada a las clases más acomodadas y distinguidas de la época, la Institución brindaba atención en un ambiente apacible y confortable, en el cual se privilegiaba el sosiego y un cuidado personalizado que apartaba al sujeto de las tensiones propias de sus quehaceres cotidianos.

Se emplazó en una zona de la Ciudad en la que se concentró la oferta de servicios hospitalarios, ya que se hallaban a poca distancia el Hospicio de las Mercedes (hoy Hospital Interdisciplinario J.T. Borda), el Hospital de Infecciosas Muñiz y uno de los más importantes emprendimientos hospitalarios de comunidad: el Hospital Británico, creado en el año 1844.

Los pabellones para residir alojaban separadamente a hombres y mujeres, y se empleaban los procedimientos clínicos aceptados en la época para el tratamiento de la enfermedad mental que incluían, entre otras modalidades, la hidroterapia y la clinoterapia.

Los profesionales basaban sus prácticas en una deontología que trataba la cuestión del deber profesional desde un modelo centrado en la beneficencia, el humanismo y el tratamiento moral, que históricamente se inspiró en la figura de Pinel y en otros médicos benefactores provenientes de Gran Bretaña y del continente europeo.

El Instituto Frenopático segmentó en su atención a mujeres y hombres de clase alta, pertenecientes a la élite ilustrada y dirigente en los cuales se planteaban, a propósito de los diagnósticos de enfermedad mental, cuestiones de alta litigiosidad por disputas patrimoniales.

Pero en un contexto urbano en el cual crecían los problemas sociales y sanitarios asociados a la pauperización, en parte causados por la primera oleada inmigratoria que por entonces arribaba al país existía entonces una gran confianza en la virtud reparadora de las instituciones destinadas a educar, curar, rehabilitar y/o asistir.

Al ser baja la profesionalización, gran parte del trabajo de los agentes se sostenía en la idea de vocación, término de origen religioso que connota aún la idea de llamado. El trabajador – médico, enfermero, asistente social - debía "estar hecho para esto" y, consecuentemente, incluía una ética muy fuerte de la entrega, aunque las condiciones reales de trabajo pudieran hallarse muy distantes de las expectativas por entonces dominantes en amplios segmentos sociales.

El perfil de la oferta institucional se concentraba en la atención de la psicosis y otros diagnósticos de trastornos mentales severos que incluían las toxicomanías, las neurosis depresivas y los trastornos orgánico-funcionales.

Entre los directores y jefes médicos que han tenido protagonismo en su dilatada vida institucional, se destacan importantes referentes de la psiquiatría de la época: Meléndez, Ramos Mejía, Ingenieros, Bosch, Cabred y Balado.

Un relevamiento de las prescripciones efectuadas por los facultativos de la institución refleja el modelo dominante de atención: el 38,70% indicaba la reclusión, el 22,5 el aislamiento, idéntico porcentaje para el nosocomio, el 12,9% secuestración y apenas un 3,2% alojamiento.

El IFSA atravesó 141 años de existencia afrontando relevantes desafíos y transformaciones, tanto económicas como sociales, que impactaron sobre los procesos de atención de la salud, y que se sintetizan a continuación:

 

1870-1900

Durante el año 1871 la cuarta oleada epidémica de fiebre amarilla produjo desplazamientos migratorios de la zona sur a la zona norte de la ciudad y dejó un saldo infrecuente de víctimas y sufrimiento social. En este período las clases dirigentes encarnaron un modelo liberal, que orientó la edificación de importantes obras públicas en todo el país. La psiquiatría comienza a adquirir mayor especialización técnica y profesional merced al trabajo de referentes de la escuela francesa y alemana, a las grandes clasificaciones de nosologías psiquiátricas y a las corrientes predominantes del positivismo asilar y criminológico.

 

1900-1930

La generación del centenario emprende obras públicas monumentales, que dan idea de la riqueza producida y de un proyecto de país en el cual las élites dirigentes recién comienzan a dar signos de apertura a la participación política tras la sanción de la Ley Sáenz Peña. Crecen en Argentina las formas de aseguramiento mutual por comunidad de origen y se asiste a una incipiente organización gremial, con impacto en la atención de la salud. El paradigma asilar-tutelar alcanza su cenit con la obra monumental de Domingo Cabred, pero entra en crisis desde fines de la década del ´20, tras la discontinuidad política e institucional que afectó desde entonces al país y que conspiró, durante décadas, contra la posibilidad de un régimen democrático y republicano que a la par asegure gobernabilidad.

 

1930-1945

En este contexto ce crecimiento económico y pleno empleo se fortalece la sociedad salarial, con crecientes grados de protección social, que se plantean por la vía del trabajo. Comienza a verificarse la crisis del programa institucional de los Asilos y Colonias, así como la tutela jurídica que acompañaba los procesos de tratamiento. Propiciados por la naciente Liga Argentina de Higiene Mental liderada por Gonzalo Bosch, se habilitan los primeros servicios médicos ambulatorios y dispensarios abiertos a la comunidad en distintas ciudades del país para el tratamiento de problemáticas más leves de salud mental.

 

1945-1976

Se constituyen nuevas modalidades de aseguramiento privado y semipúblico que segmentan a la población por nivel de ingreso y profundizan la fragmentación del sistema. Se asiste a una creciente proletarización de profesionales y técnicos de la salud que deben emplearse a "terceros pagadores" o dependen salarialmente del empleo público en el hospital. Fomentado por la oleada de innovación que produce el nuevo Movimiento de Salud Mental, se desarrollan modalidades terapéuticas interdisciplinarias que toman en cuenta el problema de las nuevas morbilidades psiquiátricas y la discapacidad mental. Los prestadores y financiadores, tanto privados como semipúblicos, profundizan sus relaciones de competencia, y comienza a hablarse de la puja corporativa en salud. Los avances de la psicofarmacología, tras el descubrimiento y difusión de la clorpromazina, irradian prontamente en todas las prácticas asistenciales en salud mental.

 

1976-2012

En un contexto de grave crisis socioeconómica política e institucional, la persecución de la Dictadura amenaza fuertemente al campo psi. El sistema de atención registra el problema de los desafiliados, la profunda inequidad social, la cronificación de población excluida y segmentada según el/los recursos de que se dispone. Comienza a hablarse en todos los foros académicos y sociales del problema de la vulnerabilidad social. Se desarrollan importantes corrientes de pensamiento en salud pública, que ponen en el centro de la escena cuestiones clave como calidad, seguridad y protección ante el riesgo, salud y seguridad de los trabajadores. En el campo de la investigación básica y en el campo de la atención clínica se despliegan de forma potente los avances de las neurociencias, que impactarán velozmente sobre las instituciones especializadas cuyos planteles refieren mayor actualización científica y conexión internacional.

 

2013-2019. Proceso de transformación y adecuación a las prácticas en el marco de la Ley Nacional de Salud Mental

Durante el mes de diciembre de 2010 se sanciona la Ley Nacional de Salud Mental, basada en antecedentes tales como: a) La Declaración de Caracas; b) Los Principios para la protección de los enfermos mentales para el mejoramiento de la atención de la salud mental promulgados por la ONU en su Asamblea General del año 1991; c) Los Principios rectores de Brasilia; d) el Consenso de Panamá: e) Las Directivas para la Promoción de los Derechos Humanos de las personas con desórdenes mentales aprobada por la Asamblea de la OMS, f) La Declaración de Montreal sobre la discapacidad intelectual; g) Un abigarrado conjunto de normativas éticas y deontológicas universales que se han abocado específicamente a proteger los derechos de los pacientes mentales, a cargo de diversas organizaciones científicas, gubernamentales, no gubernamentales y supranacionales, recogidas por ejemplo en los Principios de Ética Médica aplicables al personal de salud que están contenidos en la Resolución Nª 37/194 de las Naciones Unidas.

Dada su cualidad de institución monovalente, se plantea como prioridad la necesaria adecuación del I.F.S.A. a la Ley Nacional de Salud Mental, ya que esta norma impone exigencias directas para la adecuación institucional, así como también medidas que garanticen la protección de los derechos de las personas con padecimientos mentales severos.

Esta instancia normativa fue asumida, desde los inicios, como una oportunidad relevante para reorientar los procesos institucionales basándose en principios rectores de carácter ético, jurídico y sanitario; y para dar cumplimiento a las metas de mejoramiento de la accesibilidad, equidad y calidad en el proceso de atención.

En total acuerdo con lo planteado en la Ley, el I.F.S.A. sustenta la iniciativa de orientar un proceso de adecuación progresiva que permita lograr la sustitución definitiva de las instituciones con internación monovalente hacia dispositivos ambulatorios, habitacionales y socio-laborales en vistas a la necesaria inclusión social de las personas con padecimiento mental.

Siguiendo las recomendaciones de lo dispuesto por el Ministerio de Salud y de acuerdo a lo normado en la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657 y su decreto reglamentario 603/2013 en el cual se hace alusión al rol del Sector Privado, se propone un modelo de gestión asociativa supervisada, detallada como "la articulación mediante convenios con instituciones que aseguren prestaciones clínico-asistenciales diversificadas. En este caso, la institución en proceso de adecuación deberá garantizar una atención integral e integrada a la institución polivalente".

Sustentándose teórica y técnicamente en un Modelo Integral y Comunitario de Atención en Salud Mental, se ha procurado integrar a la institución en una red de servicios sanitarios y sociales que comprenda la ampliación y diversificación de servicios ambulatorios con la finalidad de adaptarse lo mejor posible a los objetivos y principios expuestos en la LNSM.

En este proceso el I.F.S.A. ha ido incorporando servicios innovadores de asistencia psiquiátrica y psicológica, así como otros servicios especializados en neurología, cuidados paliativos.

La recomposición del staff directivo y el ingreso de nuevos profesionales ha contribuido a unificar la práctica en favor de un cambio del paradigma de atención, en el cual sobresale, por ejemplo, la incorporación en el tratamiento de actividades contextuales que propician la autonomía e integración social, con el objeto de fomentar la adquisición de habilidades básicas necesarias para transitar el proceso de externación.

Desde una perspectiva interdisciplinaria, se ha tratado de recobrar los avances más importantes desarrollados en los campos de la psicología clínica, la pedagogía, la toxicología, la neurología, la inmunología, el derecho, las ciencias de la rehabilitación, así como todas las instancias de desarrollo científico-técnico que permiten integrar a los servicios especializados que actúan en un establecimiento general de salud. Tales disciplinas se coordinan de manera eficaz a la hora de establecer un diagnóstico y un programa de tratamiento y recuperación para cada paciente, cumpliendo así con el Artículo 8º de la LNSM.

Para acompasar tales cambios cabe señalar que han realizado en la institución reformas edilicias de carácter estructural, como el rediseño de las habitaciones cuyo objetivo es preservar la intimidad de los residentes y la disposición de un espacio físico destinado a las actividades recreativas y contextuales que facilitan, al mismo tiempo, la recreación y el mejor empleo del tiempo libre.

Por último, es de destacar, que la institución basa su accionar en lo dispuesto en el artículo 4º de la LNSM, el cual manifiesta que las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas y servicios de salud mental. Así es como la Institución se ha propuesto impulsar y coordinar, todos aquellos servicios destinados al tratamiento y recuperación de sujetos con padecimientos mentales y de aquellos otros servicios cuyo objetivo está centrado, más específicamente, en la atención de consumos problemáticos de sustancias psicoactivas.

 

2020-2021: Reestructuración de servicios en el contexto del aislamiento y la pandemia por covid-19

A comienzos del 2020 estalla en todo el mundo la pandemia por COVID 19, que no sólo amenazó con desplomar todos los valores e instituciones sociales, sino que ha incidido fuertemente sobre la accesibilidad, la calidad y la equidad en el proceso de atención de todos los servicios de salud, que obligaron a una reestructuración organizativa capaz de atender a las nuevas demandas institucionales.

Si bien la humanidad ha vivido antes muchas epidemias, algunas tan devastadoras como ha sido la gripe española, la actual pandemia presenta un acelerado e inédito nivel de globalización.

La amenaza que conlleva para la salud pública mundial ha obligado a muchos Estados a declarar situaciones de Emergencia Sanitaria e imponer medidas de aislamiento cuyo objetivo ha sido contener la propagación del virus, y mitigar sus nocivos efectos sobre la salud colectiva.

Crisis es una palabra que designa una situación grave y disruptiva, que usualmente se asocia a "peligro" o a situaciones de cambio negativas, incontrolables, difíciles e inestables; asociados a la carencia o escasez. Algunos sinónimos de crisis podemos encontrar en términos tales como adversidad, ruptura, problema y desorden.

Este nuevo escenario de crisis que se conjuga y potencia con la necesaria adecuación a la ley de salud mental en un mismo contexto social e histórico ha generado nuevas amenazas, pero también oportunidades para incluir transformaciones profundas y actuar con la mayor rapidez, precisión, iniciativa e inventiva para resolver problemas preexistentes que se agudizaron aún más en el contexto de pandemia.

¿Cuáles son aquellas transformaciones que precipitó o catalizó la situación pandémica y que pueden incorporarse a la oferta permanente de servicios institucionales?

 

Evaluación y admisión

Uno de los aspectos relevantes a considerar es que, dado que el incremento de contactos interpersonales en instituciones cerradas recrudecen los riesgos de transmisión del virus, y esto puede afectar los propios objetivos de cuidado y tratamiento que debe asegurar la institución, es indispensable el rediseño de los procesos de admisión, así como el establecimiento de criterios normativos y protocolarizados para evaluar el ingreso de nuevos pacientes.

Los procesos de evaluación y admisión deberían evaluar el mejor tratamiento para cada caso priorizando las psicoterapias breves, y sustentándose en un modelo interdisciplinario, conformado por especialistas del área médica, psicológica y social.

 

Modalidades de asistencia y comunicación remota

En tiempo de pandemia por coronavirus COVID-19, el uso de las distintas comunicaciones virtuales aumenta de modo exponencial por razones obvias vinculadas al confinamiento y al aislamiento social.

El vacío legislativo que existe hasta la fecha no es un impedimento para la utilización de estas tecnologías en la gestión asistencial, pero es necesario establecer cuáles son las responsabilidades, obligaciones y derechos de cada parte a los fines de brindar comunicaciones seguras, de calidad y efectivas.

El empleo de tecnologías de comunicación a distancia que faciliten la atención remota puede convertirse en una alternativa real ante la ausencia de camas disponibles y las dificultades para realizar los controles ambulatorios en servicios alejados del domicilio.

Desde estos dispositivos virtuales pueden llevarse, al mismo tiempo, distintas actividades para la estimulación cognitiva del grupo, la realización de encuentros grupales diarios, terapéuticos, de rehabilitación y recreativos, en los que participan distintos integrantes de la guardia sanitaria y el equipo asistencial.

En función de que el equipo tratante y el personal en general, sostengan el contacto y los lazos con las familias, a fin de mitigar el marco de incertidumbre generalizado, sumado al objetivo de reflejar el mismo compromiso tanto con pacientes como con su entorno más próximo, se han ofrecido también encuentros virtuales de carácter multifamiliar, para llevar tranquilidad e información y brindar resguardo a quienes se encuentran en la Institución.

 

Respuesta específica al contagio por COVID 19 y su potencial contagio epidémico

El contexto de Pandemia y crisis sanitaria actual generó que las internaciones agudas y crónicas o bien las residencias con internación prolongada fueran un foco de contagio severo ya que tanto la proximidad de las personas, como que estas sean personas con comorbilidades clínicas y añosa (más de 60 años), son factores considerados como de mayor riesgo.

En virtud del escenario de alarma generado en el país por la difusión del coronavirus en el país y la sanción del Decreto Presidencial Nº 260/2020 se han extremado las medidas de control riguroso a potenciales focos epidémicos y se ha efectuado la vigilancia continua mediante testeos a la población internada, a fin de evitar la exposición a contagios que amenacen su vulnerabilidad.

Tales controles, de carácter continuo y sistemático, se han implementado a través de especialistas infectólogos, convocados para asegurar que no se propaguen situaciones epidémicas en las instituciones que forman parte de la Red, a fin de gestionar medidas adecuadas para el manejo institucional en el contexto de la pandemia de COVID-19, y con el objetivo de preservar tanto al personal de salud como a los pacientes de la institución.

El proceso adoptado ha sido sistematizado en una serie de pasos o etapas subsecuentes:

  1. Relevamiento de área utilizando la epidemiologia descriptiva y analítica, considerando los siguientes aspectos: Recursos materiales o Planta física; Equipamiento; Recursos humanos; Normas y procedimientos; Equipo de protección personal

  2. Seguimiento activo de las reuniones de pases de sala entre los médicos clínicos de la institución, con especial interés en el manejo clínico de los pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19.

  3. Vigilancia epidemiológica, mediante serología, muestreo y tratamiento oportuno. Ingreso y monitoreo de personas a la institución (Control Sanitario Obligatorio) Manejo casos sospechosos y confirmados de coronavirus (covid-19) - manejo de contingencia.

  4. Medidas de aislamiento y reubicación de pacientes en áreas para atender casos compatibles con COVID-19, garantizando adecuadas pautas de higiene y cuidado para evitar propagación del virus.

  5. Medidas planificadas para orientar la circulación del personal, de las visitas y de los pacientes destinatarios de la atención, ya sea provista bajo modalidades de carácter ambulatoria como de internación.

  6. Sectorización de diversos espacios en la estructura de la Institución, creando un área de aislamiento para pacientes COVID + y dos sectores para pacientes con sospecha o ingresantes a la institución para cumplir con la cuarentena correspondiente.

  7. Distribución de insumos, incluyendo la provisión de Elementos de higiene/seguridad personal; el manejo de ropa; el empleo de Antisépticos y desinfectantes; el Manejo de residuos y/ o la adopción de prácticas de bioseguridad.

  8. Medidas para asegurar la protección y Seguridad del Trabajador, incluyendo la provisión al personal de EPP (barbijos Q y N95, máscaras faciales, antiparras, camisolines y guantes)

  9. Capacitación incidental y programada sobre uso de EPP, higiene de manos y precauciones basadas en la transmisión (aislamientos) dirigida a mucamas; Personal de cocina; Personal de enfermería y Personal médico.

  10. Restricción de las reuniones presenciales y contactos personales entre el equipo de salud.

  11. Seguimiento continuo de la curva infectológica intrainstitucional.

 

Lecciones de la pandemia y desafíos futuros

Entre las lecciones fundamentales que dejó la pandemia podemos destacar la necesidad de fortalecer los siguientes aspectos:

 

Enlace de la salud mental con los restantes servicios de salud

En la medida que ya no se acepta como válida la antigua dualidad mente-cuerpo, que separaba instancias que hoy resultan totalmente interdependientes se requiere el desarrollo de propuestas técnicas como la denominada psiquiatría de enlace, rama asistencial especializada que actúa en la interfaz entre las profesiones de salud mental (psicología, psiquiatría, neurología) con otras especialidades médicas, por lo general en un hospital o en establecimientos generales de salud.

Las estrategias de 'enlace', surgidas como respuestas adecuadas para afrontar las complejas situaciones y conflictos que hoy se plantean en el campo general de la asistencia sanitaria, son aún más necesarias ante la variedad e intensidad de problemas que se han agudizado en la situación de pandemia por dos razones fundamentales:

a) Los establecimientos generales de salud deben afrontar los emergentes emocionales y psicosociales asociados a situaciones de pandemia que afectan tanto a los pacientes internados como a todos aquellos trabajadores de salud que deben abocarse a su tratamiento y cuidado;

b) Porque los servicios especializados de Salud Mental y Adicciones deben adoptar medidas relacionadas con el control de brotes infecciosos, así como pautas de higiene, cuidado y autocuidado que forman parte de las medidas generales de protección universal de la salud.

Otro de los problemas, que se ha planteado con frecuencia y que ha requerido respuestas protocolizadas ha sido la elaboración de las pérdidas de seres queridos que, acontecidas durante la pandemia, no han podido ser afrontadas mediante los necesarios rituales de duelo, y que pueden constituirse en situaciones traumáticas si no se proponen instancias de adecuada elaboración psicológica.

 

Calidad, seguridad y gestión del riesgo

La pandemia incrementa los riesgos colectivos de contagio y transmisión del virus, y aumenta la demanda de atención de casos con síntomas compatibles por COVID-19 que impactan sobre la necesidad de garantizar prácticas seguras en los Establecimientos de Salud.

Los principales impactos sobre el problema de la seguridad son los siguientes:

a) Se requiere una vigilancia mucho más estricta de los procesos asistenciales, y la aplicación de medidas de seguridad que comprenden pautas de higiene, esterilización, aislamiento de enfermos y protecciones personales para los trabajadores de la salud.

b) Aumenta la sobrecarga laboral del personal, porque existe una menor disponibilidad de recursos humanos y técnicos para atender la mayor demanda, lo cual puede incrementar la ocurrencia de eventos adversos para la salud, definidos como aquellos acontecimientos producidos durante la asistencia que suponen consecuencias negativas para los pacientes, como ser las lesiones, la prolongación de la estancia hospitalaria o el incremento del consumo de recursos asistenciales.

c) El personal está más expuesto a situaciones que provocan ansiedad, estrés y mayores tensiones interpersonales; por el riesgo mayor de contagio, por el desgaste que implica no poder atender satisfactoriamente la demanda de casos que llegan a consulta

d) Se aplazan medidas de calidad (que supone una previsión y anticiparse a los hechos) por la situación de excepción, que obliga muchas veces a correr detrás de los hechos, sino anticiparse proactivamente a su ocurrencia.

e) Porque en una situación de emergencia deben aplicarse criterios de triagge que pueden afectar la estabilidad emocional de quienes toman las decisiones, y otorgan baja prioridad a los problemas de salud mental y adicciones, incrementando aún más las barreras a la accesibilidad.

f) Porque se afectan las pautas de comunicación habituales con el paciente y sus familiares, y deben imponerse medidas de restricción que afectan la salud emocional y el vínculo con quienes demandan atención.

g) Los procesos asistenciales requieren mayor complejidad, porque involucran una mayor cantidad de situaciones problemáticas y la necesidad de recombinar interacciones humanas, relacionadas con profesiones diversas, y de tecnologías, significando un riesgo creciente de EA.

Algunos atributos culturales tales como la comunicación abierta y basada en la confianza mutua, la gestión del riesgo, el liderazgo, las percepciones acerca de la seguridad y el aprendizaje organizacional, que contribuyen a la mejora asistencial, son particularmente indicadas para ser tomadas en cuenta en el contexto pandémico.

 

Procedimientos institucionales ante la emergencia

En la experiencia desarrollada por el I.F.S.A durante la pandemia, el Comité de Crisis resultó una instancia institucional capaz de resolver de forma consensuada las decisiones a adoptar en contexto de emergencia y garantizar el seguimiento de situaciones específicas.

Esta instancia institucional se complementó con la creación de otros comités especializados según la temática específica: Comité de Infecciones, Comité de Bioética, Comité de Calidad y Seguridad.

El comité de Crisis, constituido Ad-Hoc, ha sido integrado con especialistas con diversa responsabilidad asistencial y cuya formación procede de varias ramas de la salud, epidemiólogos, expertos en calidad y bioética.

Son estos equipos los que, articuladamente y con un concienzudo trabajo, instituyen las normas que tienen un carácter iniciático y temporal, dada la naturaleza cambiante de las situaciones epidemiológicas, en función de medidas ajenas a nuestra institución, de acatamiento obligatorio, sumado todas aquellas que otorguen mejor protección para los pacientes y trabajadores de esta institución.

El objetivo del Comité de Crisis ha sido lograr una convocatoria representativa y continua de los responsables de servicios y la conducción general y administrativa, para debatir temas de la estrategia de la Institución, su impacto en las decisiones internas y, en particular, los de la seguridad del Paciente, de los Trabajadores y Profesionales que brindan servicios en la Institución.

Entre las principales acciones para afrontar la crisis que fueron tratadas y fortalecidas por decisiones adoptadas en el seno del comité pueden mencionarse: a) Fortalecimiento del trabajo en equipo, b) Aceleración de procesos para incorporar tecnología; c) Mejora del sistema de comunicación; d) Sostenimiento del clima laboral, a fin de incrementar la tolerancia y evitar situaciones conflictivas.

 

Síntesis y reflexiones finales

La pandemia aceleró los cambios en los que estábamos empeñados desde el inicio de la gestión institucional y que nos coloca a la vanguardia de los dispositivos asistenciales polivalentes, buscando como meta la creación de una articulación en red con otras instituciones que puedan sumarse en las transformaciones necesarias para el campo de la salud mental.

En el proceso de cambio resulta fundamental el estímulo a la plasticidad reconversiva, el empeño de los cuadros tratantes y la multiplicidad de asesoramientos y acciones desde distintos sectores del quehacer médico-asistencial en una situación de generalizada inestabilidad e incertidumbre.

Las respuestas ante la emergencia, gestadas con consenso, y apoyadas en experiencias externas e internas que siguen los lineamientos de la Ley de Salud Mental, introducen además la necesidad de desarrollar iniciativas en el campo de los servicios de salud mental, que implica reconvertir a la institución desde un modelo asilar a un modelo integral y de base comunitaria.

Y en relación con la práctica de los servicios en el contexto pandémico se ha puesto aún más de manifiesto la necesidad de dar una respuesta integral ante los problemas emergentes reconvirtiendo, ampliando y/ diversificando servicios, para afrontar un objetivo común: atender la urgencia, acompañar, sostener y cuidar.

 

Referencias

Ley de Salud Mental de la República Argentina Nro. 26.657 (2010). Disponible en http://www.mpd.gov.ar/area/index/titulo/unidad-de-letrados-art-22-de-la-ley-26-657-274

Naciones Unidas (1982). Resolución 37/194. Principios de ética médica. Disponible en: https://undocs.org/pdf?symbol=es/A/RES/37/194

Naciones Unidas (1991). Resolución 46/119. Principios para la protección de los enfermos mentales para el mejoramiento de la atención de la salud mental. Disponible en: https://www.ppn.gov.ar/index.php/documentos/legislacion/constitucion-nacional-y-tratados-internacionales/1892-principios-para-la-proteccion-de-los-enfermos-mentales-y-el-mejoramiento-de-la-atencion-de-la-salud-mental

Organización Panamericana de la Salud. (1990). Declaración de Caracas. Disponible en: https://www.oas.org/dil/esp/declaracion_de_caracas.pdf

Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (2005). Principios de Brasilia. Principios Rectores para el Desarrollo de la Atención en Salud Mental en las Américas. Disponible en: https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2008/PRINCIPIOS_dE_BRASILIA.pdf

Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud. (2004). Declaración de Montreal sobre la Discapacidad Intelectual. Disponible en: http://www.jus.gob.ar/media/1199853/pol_ticas_p_blicas_en_salud_mental.pdf

Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud. (2010). Consenso de Panamá. Disponible en: https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2011/1.%20PosterSpanishJAN11.pdf

Presidencia de la Nación Argentina. (2020). Decreto DNU 260/2020 Poder Ejecutivo Nacional (P.E.N.) 12-mar-2020. Emergencia sanitaria coronavirus (COVID-19) –
disposiciones. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-260-2020-335423/texto

 

 
7ma Edición - Diciembre 2021
 
 
©2024 FUNDACION AIGLÉ  -  Av Federico Lacroze 2056 (CABA)  -  Tel.: (54 11) 4775 1061  -  enciclopedia@aigle.org.ar  -  DEVELOPED BY