Introducción
La Alianza Terapéutica (AT) es considerada el predictor más robusto de resultados en psicoterapia. La investigación empírica ha desplazado su foco de atención desde el estudio de los resultados, en sus inicios, década del ’50 y ’60, hacia la elucidación de los procesos responsables de los mismos y los factores responsables del cambio terapéutico.
El objetivo principal de este estudio es indagar si existe relación entre AT y características del terapeuta en psicoterapeutas. La población de estudio pertenece al área metropolitana de Buenos Aires.
El estudio presenta un diseño ex post facto, el cual permite evaluar las relaciones entre las variables estudiadas (León y Montero, 2003). Se trata de un abordaje cuantitativo, con un diseño correlacional, transversal. El estudio se realizó con una muestra de carácter intencional no probabilística de psicoterapeutas. De los 200 profesionales a quienes se invitó a participar, 95 participantes completaron la batería de instrumentos utilizados. La muestra se dividió en tres grupos: 1) 30 psicólogos con orientación psicoanalítica; 2) 30 psicólogos con orientación cognitivo-conductual; 3) 30 médicos psiquiatras que ejercen la psicoterapia sin identificarse con un modelo teórico específico. Los participantes recibieron toda la información necesaria para encontrarse en condiciones de dar su consentimiento informado para su inclusión en el estudio.
En este estudio se han encontrado diferencias significativas entre los grupos estudiados respecto a la antigüedad en el ejercicio de la profesión, pero no se han hallado diferencias en el establecimiento de la AT entre los tipos de profesionales. Los psicoterapeutas más experimentados ven a la psicoterapia como una actividad “artesanal”, que incluye una reflexión constante sobre el mismo y requiere mantener una “posición de humildad”. Asimismo, este grupo de psicoterapeutas expresan un alto grado de creencia en el beneficio del componente de “amabilidad” (kindness) terapéutica de su tarea y una manera de relacionarse más bien neutra con los pacientes. Mientras que los psicoterapeutas menos experimentados consideran a la psicoterapia como un conjunto de habilidades que se pueden aprender racionalmente.
Los psicoterapeutas afirman experimentar un progreso en su experiencia, paralelamente vivencian una mejora en sus habilidades y estrategias, un desarrollo positivo y reconocen su motivación para seguir desarrollándose. A partir de estos datos, se reflexiona sobre su impacto en el desarrollo profesional de los psicoterapeutas, especialmente del ámbito local. Específicamente, en lo relativo a las habilidades requeridas para el trabajo terapéutico.
Se reflexiona sobre las implicancias de los hallazgos para la formación y supervisión de los profesionales locales.
Metodología
Tipo de estudio
El estudio presenta un diseño ex post facto, el cual permite evaluar las relaciones entre las variables estudiadas (León y Montero, 2003). Se trata de un abordaje cuantitativo, con un diseño correlacional, transversal.
Muestra
El estudio se realizó con una muestra de carácter intencional no probabilística de profesionales psicoterapeutas. Los 95 participantes (30 psicólogos con orientación psicoanalítica, 31 psicólogos con orientación cognitiva-conductual y 34 psiquiatras que realizan psicoterapia) completaron la batería de instrumentos utilizados, que se detalla en el siguiente apartado. Éstos fueron parte de 200 profesionales participantes a quienes se invitó a participar.
Los psiquiatras que componen esta muestra afirman realizar psicoterapia pero la misma no se encuadra en ningún modelo teórico específico como el psicoanálisis o la TCC.
Características de la muestra
Los 95 participantes desempeñan como psicólogos clínicos y médicos psiquiatras de instituciones públicas y privadas del área Metropolitana de Buenos Aires. Fueron convocados en los equipos docentes de cátedras de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. A su vez, se solicitó la participación de psicoterapeutas de una fundación asistencial y formativa, un hospital general del conurbano bonaerense y una clínica privada de salud mental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La muestra se dividió en tres grupos: 1) 30 psicólogos con orientación psicoanalítica (PSA); 2) 31 psicólogos con orientación cognitivo-conductual (TCC); 3) 34 médicos psiquiatras de orientación biológica (PSQ). Estos tres grupos incluyen a las dos profesiones legalmente habilitadas para el ejercicio de la psicoterapia (médicos y psicólogos) y representan las orientaciones teóricas predominantes en Argentina (Garay et al., 2008).
Para proteger la identidad de los participantes, no se listan las instituciones a las cuales pertenecen.
Materiales
1. Cuestionario sociodemográfico
En el cuestionario se solicitan los datos sociodemográficos, trabajo en el ámbito privado y/o estatal, formación profesional que posee (concurrencia, residencia, pasantía, psicoterapia en el ámbito privado), marco teórico y práctico de referencia (psicoanálisis lacaniano, psicoterapia cognitiva conductual, psicoanálisis freudiano, integrativo, sistémico, humanista, psiquiatría biológica, psiquiatría dinámica, otros).
2. Cuestionario sobre el desarrollo común de los psicoterapeutas (Development of Psychotherapists Common Core Questionnaire, DPCCQ):
El Cuestionario sobre el desarrollo común de los psicoterapeutas (Development of Psychotherapists Common Core Questionnaire, DPCCQ) es un instrumento autoadministrable que evalúa el desarrollo autopercibido de los psicoterapeutas, entendido como un proceso de progreso y evolución, tanto a nivel profesional como en su vida personal (Orlinsky y Ronnestad, 2005). Se cuenta con la autorización del Dr. David Orlinsky para su utilización.
Fue creado en 1999 por un equipo internacional de investigadores (Orlinsky et al., 1999) en el marco de un estudio a gran escala sobre la naturaleza, los correlatos y los determinantes percibidos del desarrollo de los psicoterapeutas. Con el fin de evaluar este constructo fue necesario elaborar una nueva herramienta, el DPCCQ. El cuestionario original se encontraba compuesto por 370 ítems que abarcaban 9 dimensiones. Las mismas son:
I. Tipo y cantidad de entrenamiento profesional (23 ítems): Cuestionario sobre identificación profesional, formación académica, certificación profesional, afiliaciones institucionales, años de análisis didáctico, años de supervisión, formación actual y pasada en tipos especiales de psicoterapia, y supervisión actual.
II. Experiencia profesional hasta la fecha (21 ítems): Cuestionario sobre años de práctica terapéutica, años de práctica en ámbitos específicos, número de casos en diferentes modalidades de tratamiento, número de pacientes en diferentes grupos etáreos, número de otros psicoterapeutas tratados, y número de otros psicoterapeutas supervisados.
III. Desarrollo general como terapeuta (51 ítems): Cuestionario sobre cambio global, la mejora y decadencia, la trascendencia de las limitaciones personales, el compromiso con seguir desarrollándose y la sensación de habilidad para guiar el desarrollo de otros psicoterapeutas, cuestionarios sobre niveles de habilidades en los inicios como terapeuta y niveles de habilidades actuales (para evaluar cambio), cuestionarios sobre orientación teórica inicial y orientación teórica posterior (para evaluar cambios), cuestionario sobre influencias positivas y negativas en el desarrollo general.
IV. Experiencia de psicoterapia personal (7 ítems): Cuestionario sobre actitud hacia la psicoterapia personal para psicoterapeutas, sobre experiencias de psicoterapia personal, actuales y pasadas, y sobre los beneficios y las razones que lo motivaron a realizar consultas específicas de psicoterapia personal.
V. Orientación de trabajo terapéutico (52 ítems): Cuestionarios sobre orientación teórica actual, cuestionario sobre objetivos típicos del trabajo terapéutico, cuestionario sobre autoimagen ideal como terapeuta.
VI. Desarrollo actual como terapeuta (35 ítems): Cuestionario sobre cambio actual, mejoras y desmejoras, trascendencia de limitaciones personales, aspectos de motivación y capacidad para el trabajo terapéutico: cuestionario sobre sentimientos en sesiones recientes con pacientes: cuestionario sobre influencias positivas y negativas sobre el desarrollo actual.
VII. Ámbitos, modalidad de tratamiento y tipo de pacientes en la práctica terapéutica actual (43 ítems): Cuestionario sobre horas de psicoterapia realizadas por semana en diversos ámbitos o settings, sentimiento de seguridad (support) y control en el principal ámbito de práctica, número de casos actuales en distintas modalidades de psicoterapia, número de pacientes de distintos grupos etarios, tipos diagnósticos más frecuentes de los pacientes tratados (actualmente y anteriormente en la carrera), grado de apoyo (reliance) en el diagnóstico en la práctica actual, y niveles de satisfacción e insatisfacción actualmente experimentados en la psicoterapia actual. Cuestionario sobre nivel de perturbación de los pacientes tratados (actualmente y anteriormente en la carrera), basados en el Global Assessment of Functioning Scale (American Psychiatric Association, 1994).
VIII. Calidad experimentada del trabajo terapéutico (96 ítems): Cuestionario sobre tipos de dificultad actualmente experimentada en la práctica terapéutica, cuestionario sobre tipos de estrategias de afrontamiento (coping) utilizadas frente a las dificultades, cuestionario sobre autoconcepto actual como terapeuta, cuestionario sobre el estilo de manejo de las relaciones terapéuticas, cuestionario abierto sobre la mayor fortaleza como terapeuta y limitación más problemática como terapeuta.
IX. Vida personal y experiencia personal del terapeuta (42 ítems): Cuestionario sobre nacionalidad, estado civil, satisfacción con la vida actual, niveles tolerables de estrés y cualidades de experiencia emocional actual. Cuestionario sobre el autoconcepto en relaciones personales cercanas.
Este cuestionario fue adaptado para la población argentina mediante un análisis de juicio de expertos. En esta validación participaron 7 jueces, especialistas en evaluación psicológica. Se pidió a los expertos que juzgaran cada ítem considerando su calidad formal (estructura semántica y sintáctica) y que realizaran todas las observaciones y sugerencias necesarias a fin de mejorar este conjunto preliminar de reactivos. Se analizó el porcentaje de acuerdo entre los jueces, se consideró como criterio que al menos el 75% de los jueces acordaran que el contenido del ítem era adecuado a la población estudiada.
3. La Escala de Involucramiento Profesional del Terapeuta (Therapist’s Work Involvement Scale, TWIS)
Del Cuestionario sobre el Desarrollo Común de los Psicoterapeutas (Development of Psychotherapists Common Core Questionnaire, DPCCQ), Orlinsky y Ronnestad (2005) aislaron 52 ítems que poseen valor descriptivo de la experiencia subjetiva de los psicoterapeutas en su práctica y con ellos se ha creado una nueva escala: la Escala de Involucramiento Profesional del Terapeuta (Therapist’s Work Involvement Scale, TWIS). La Escala de Involucramiento Profesional del Terapeuta (Therapist’s Work Involvement Scale, TWIS) se encuentra organizada sobre dos ejes, según el grado de Involucramiento Estresante e Involucramiento Curativo.
El eje Involucramiento Curativo evalúa la inversión de los psicoterapeutas en su trabajo: si se percibe a sí mismo como eficaz, como afirmativo (validar al paciente), si tiene habilidades relacionales básicas, si tiene un afrontamiento constructivo, si se identifica como un terapeuta que se conecta con los pacientes a un nivel personal (Heinonen et al., 2014).
En cambio, el eje de Involucramiento Estresante refiere a experimentar dificultades frecuentes, poseer sentimientos de ansiedad y aburrimiento durante las sesiones, evitar las situaciones (Orlinsky et al., 2011).
A partir de las puntuaciones de cada sujeto en cada una de estas dos escalas, se lo puede clasificar en 4 categorías: 1) Práctica Efectiva para aquellos con alta Involucramiento Curativo y baja Involucramiento Estresante; 2) Práctica Estresante para aquellos con baja Involucramiento Curativo y alta Involucramiento Estresante; 3) Práctica Desafiante para aquellos con altas puntuaciones en la Involucramiento Curativo y Involucramiento Estresante; y 4) Práctica Desunida para aquellos con bajas puntuaciones en la Involucramiento Curativo y Involucramiento Estresante.
Al igual que con el DPCCQ, se analizó la validez de contenido de la Escala de Involucramiento del Terapeuta (Therapist’s Work Involvement Scale, TWIS) a través de la validación por expertos. En esta validación participaron 7 jueces, especialistas en evaluación psicológica. Se pidió a los expertos que juzgaran cada ítem considerando su calidad formal (estructura semántica y sintáctica) y que realizaran todas las observaciones y sugerencias necesarias a fin de mejorar este conjunto preliminar de reactivos. Se analizó el porcentaje de acuerdo entre los jueces, se consideró como criterio que al menos el 75% de los jueces acordaran que el contenido del ítem era adecuado a la población meta.
4. Inventario de la Alianza de Trabajo (Working Alliance Inventory, WAI)
El Inventario de la Alianza de Trabajo (Working Alliance Inventory, WAI) desarrollado por Horvath y Greenberg (1986), es un instrumento de medida de la alianza de trabajo basado en el modelo transteórico de alianza terapéutica de Bordin (1979). El cuestionario posee tres versiones: una para psicoterapeutas (WAI-T), otra para pacientes (WAI-P) y una forma observacional (WAI-O). El cuestionario consta de 36 ítems divididos en tres subescalas: vínculo, tareas y metas. Cada subescala consta de 12 ítems, puntuados en una escala tipo Likert de 7 puntos (1= Nunca hasta 7=Siempre). Los inventarios para paciente y terapeuta han sido traducidos, adaptados y validados al español (Andrade-González y Fernández-Liria, 2015). Se utilizaron esas versiones con autorización de los autores. En este estudio, solo se utiliza la versión del terapeuta, el WAI-T.
5. Cuestionario sobre el paciente
Este cuestionario se ha construido ad-hoc (Etchevers, inédito) con el objetivo de recabar información sobre el paciente que el terapeuta invocaba para responder sobre su relación terapéutica en el Inventario de la Alianza de Trabajo (WAI-T). Para responder este cuestionario, el profesional debía responder acerca del último paciente atendido el día anterior que cumpliera las siguientes condiciones: Adulto – en tratamiento de menos de dos años – Sin antecedentes de internación, sin consumo de sustancias – sin trastorno mental severo. Se le solicitaba que respondiera sobre: las variables sociodemográficas del paciente, el motivo de consulta, tiempo de tratamiento, los principales síntomas del paciente, frecuencia de las sesiones. A su vez, si el paciente había tenido tratamientos previos, se pedía que consignara el motivo de tratamiento anterior y el tiempo de duración.
Procedimiento
Se les entregó a los participantes un sobre cerrado con los cuestionarios en el siguiente orden: Consentimiento informado, Instructivo (se le explicaba el orden que debía seguir para completar los cuestionarios), Cuestionario Sociodemográfico, Cuestionario DPCCQ- adaptado en Argentina, Cuestionario TWIS, Cuestionario sobre el paciente y el WAI-T.
Al entregarle el sobre, se le explicaba que el objetivo era que respondieran el WAI-T en relación al último paciente que habían atendido el día anterior y cumplía las condiciones de: ser adulto, estar en un tratamiento de menos de dos años, no poseer antecedentes de internación, ni consumo de sustancias y sin trastorno mental severo.
Cuarenta y dos participantes realizaron el test de manera presencial, por lo que a los 30-40 minutos entregaban sus cuestionarios. Y el resto de los participantes recibió los cuestionarios y los entregó una vez que hubo completado los mismos.
Técnicas de procesamiento de la información
Se emplearán técnicas estadísticas descriptivas y modelos multivariados para el análisis de los datos. Para tales fines se trabajará con estadística descriptiva e inferencial a través del software estadístico SPSS (2006) y el EQS 6.2 (SEM).el AMOS 2.0 (SEM).
Aspectos éticos
Los participantes recibieron toda la información necesaria para encontrarse en condiciones de realizar un consentimiento informado sobre su inclusión en el estudio. Los datos fueron procesarán con total y absoluto resguardo de sus identidades. El diseño del estudio no implicó ningún perjuicio para la práctica profesional de los participantes.
En la presente investigación se siguieron las normativas concernientes a aspectos éticos en la investigación, planteadas por el código de ética de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA, 1993). Además, vale destacar que dicho código ético guarda absoluta
Resultados
Cuestionario Sociodemográfico
Se trabajó una muestra de 95 profesionales, distribuidos de la siguiente forma de acuerdo a su profesión {ver tabla 1}
El promedio de edad de cada grupo, así como el promedio de años de ejercicio de la profesión pueden verse en la Tabla 2 {ver tabla 2} Tanto el promedio de edad como el promedio de años de ejercicio profesional es menor en el grupo de TCC.
Importancia del marco teórico
La mayoría de los profesionales (81,7%) señaló que la profesión tiene entre 4 y 5 puntos en la escala Likert de importancia, siendo 5 la mayor importancia (de 1 a 5). No se halló diferencia significativa entre el grupo PSA, TCC y PSQ. {ver tabla 3}
Resultados del Cuestionario sobre el Desarrollo Común de los Psicoterapeutas (Development of Psychotherapists' Common Core Questionnaire, DPCCQ)
Como se ha descripto el DPCCQ evalúa el desarrollo autopercibido de los terapeutas, entendido como un proceso de progreso y evolución, tanto a nivel profesional como en su vida personal (Orlinsky & Ronnestad, 2005).
En relación a la formación académica expresada en años, los participantes expresaron una media de años mayor en el grupo de psicoanalistas, seguido por los psiquiatras y en último lugar, los terapeutas cognitivo-conductuales.
Un aspecto ligado a la formación es la supervisión. A continuación puede verse la cantidad de años de supervisión recibida por parte de los participantes en la tabla 4. {ver tabla 4}
Se observa una media mayor en el grupo de psicoanalistas, seguidos por los psiquiatras y en último lugar los terapeutas cognitivo-conductuales.
Con respecto a la cantidad de años de ejercicio de la psicoterapia, los datos pueden verse en la tabla 5. {ver tabla 5}
En cuanto a la experiencia profesional, se indagó sobre el número de profesionales psicólogos o médicos psiquiatras que realizan terapia con el participante del estudio. Los terapeutas cognitivo-conductuales informan que casi la mitad de sus pacientes no son profesionales médicos psiquiatras o psicólogos.
Sobre las actividades profesionales que han influido en su desarrollo como terapeuta, los participantes de este estudio han informado lo siguiente. Ninguno de los participantes consideró que las experiencias que se mencionan en la tabla 6 {ver tabla 6} tienen influencia negativa en su desarrollo como terapeuta.
Se destacan las siguientes experiencias: en primer lugar, casi el 90% de los psicoanalistas señalan que brindar terapia a pacientes tiene una influencia muy positiva en su desarrollo como terapeutas. Alrededor del 80% de los psicoanalistas y los terapeutas cognitivo-conductuales mencionan al trabajo en equipo con otros profesionales de la salud mental y alrededor del 70% de estos mismos grupos de participantes señalan a la experiencia de recibir supervisión.
En cuanto a la experiencia de realizar terapia personal, el 100% de los psicoanalistas participantes de este estudio informaron haber realizado al menos una psicoterapia personal. El 29,03% de los terapeutas cognitivo-conductuales y el 17,64% de los psicoanalistas no han realizado ningún tipo de terapia. El 100% de los psicoanalistas informaron haber realizado terapia personal y el 73,33% con su mismo marco teórico. Ninguno de los psicoanalistas realizó terapia cognitivo-conductual. El 29% de los terapeutas cognitivo-conductuales no realizaron terapia personal y el 29% realizó terapia de orientación psicoanalítica y otro 29% terapia de su mismo marco teórico.
Con respecto al valor que la terapia personal tiene o tuvo para cada participante, el 63,3% de los psicoanalistas, 45,2% de los terapeutas cognitivos y el 35,3% de los médicos psiquiatras valoraron mucho la experiencia (ver tabla 7) de acuerdo a la escala Likert.
Se evaluaron las diferencias entre los grupos de terapeutas y los años de experiencia profesional en relación a la influencia de cada una de las experiencias en el desarrollo general como terapeuta. Se utilizó la prueba estadística no paramétrica de Kruskal-Wallis para tal fin.
Con respecto a las orientaciones teóricas y profesiones de origen se observó que la experiencia de hacer terapia con pacientes fue más influyente para los psicoanalistas y los psiquiatras que para los terapeutas cognitivo-conductuales (X2=7,400; gl=2; p=,025). Recibir terapia (X2=16,075; gl=2; p=,000) y realizar supervisiones u orientar a otros terapeutas (X2=9,435; gl=2; p=,009), fue más influyente para los psicoanalistas que para el resto de los profesionales.
Con respecto a los años de experiencia, se observaron diferencias significativas en los siguientes aspectos: condiciones institucionales bajos las que trabaja (X2=9,996; gl=1; p=,002), recibir terapia, análisis u orientación personal (individual, grupal, etc.) (X2=9,860; gl=1; p=,002), supervisar u orientar a otros terapeutas (X2=16,934; gl=1; p=,000) e impartir cursos o seminarios (X2=22,368; gl=1; p=,000). Es decir, los profesionales con mayor experiencia consideraron que las experiencias mencionadas poseen mayor influencia en su desarrollo general como terapeutas que los profesionales con menos años de experiencia. {ver tabla 7}
Sobre la influencia de los diferentes marcos teóricos en su práctica profesional actual, el 83,3% los psicoanalistas reportaron el porcentaje más alto de su propio marco teórico mientras que el 70% los terapeutas cognitivo-conductuales señalaron una alta influencia de su propio modelo. En segundo lugar, el 14,3% de los psicoanalistas mencionaron a la orientación ecléctica o integradora mientras que el 6,9% de los terapeutas cognitivo-conductuales, a la teoría sistémica. Ningún psicoanalista mencionó recibir mucha influencia de la terapia cognitivo-conductual, humanístico/experiencial o teoría sistémica, mientras que un terapeuta cognitivo-conductual mencionó recibir mucha influencia del marco psicoanalítico/psicodinámico y otro de la orientación ecléctica o integradora.
Resultados de la Escala de Involucramiento Profesional de los Terapeutas (Therapists’ Work Involvement Scale, TWIS)
Como se ha mencionado en el capítulo sobre la metodología, la Escala de Involucramiento Profesional de los Terapeutas (TWIS), evalúa la implicancia saludable (IS) y estresante (IE) del terapeuta. De acuerdo a los análisis realizados, los participantes de este estudio con menos de 5 años de experiencia clínica poseen valores significativamente más bajos en la IS que aquellos con más de 5 años, independientemente de la orientación teórica y profesional, (F1,91=5.67; p=.19). En cambio, en la subescala sobre IE, aquellos con menos años de experiencia muestran una mayor implicación estresante en los terapeutas más experimentados (F1,91=17.75; p=.00).
Más en detalle, resulta relevante mencionar que globalmente la mayoría de los terapeutas informaron grados de satisfacción elevados y grados de insatisfacción bajos con respecto al ámbito (público o privado) y contexto principal en el que se desempeñan.
Resultados de la Versión del terapeuta del Inventario de la Alianza de Trabajo (Working Alliance Inventory, Therapist Version, WAI-T)
Se realizó un ANOVA de dos factores, en relación a los años de experiencia clínica con las subescalas de alianza terapéutica WAI- T. Se encontró que las tres subescalas de la WAI se ven moldeadas por la experiencia clínica, los terapeutas con más de 5 años de experiencia poseen mejores resultados en las subescalas relacionadas con el vínculo (F1, 91=8.18; p= .005), los objetivos (F1, 91=8.004; p= .006) y las tareas (F1, 91=7.45; p= .008) en comparación con aquellos con menos de 5 años de experiencia clínica. En las tablas 8.24, 8.25 y 8.26 pueden verse los datos de cada uno de los grupos de terapeutas participantes.
Asimismo pueden observarse en los gráficos 1, 2 y 3 las diferencias entre los grupos de acuerdo al nivel de experiencia en las subescalas de objetivos, tareas y vínculo.
{ver figura 1}
{ver figura 2}
{ver figura 3}
Comparaciones de las pruebas WAI-T y TWIS en los grupos de profesionales.
A los efectos de determinar si existen diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de profesionales en lo referido a las subescalas de las pruebas WAI-T y TWIS, se han realizado Análisis de la Varianza de dos factores (ANOVA de dos factores) y el correspondiente test no paramétrico de Kruskal-Wallis. Este último por la eventualidad de que las escalas no siguieran una distribución normal. El otro factor considerado fue la antigüedad en el ejercicio de la profesión. Esta variable fue dicotomizada considerando como valor de corte 5 años de antigüedad.
Cuestionario del paciente
De acuerdo a los datos recabados con el cuestionario del paciente se reseñan los siguientes datos. Se observa que los terapeutas participantes informan que el paciente al cual eligen hacer referencia tiene una media de 1,52 años de tratamiento. El 29,5% de los terapeutas informan pacientes que continúan en tratamiento, 16,8 % que están de alta y 45,3% pacientes que han abandonado el tratamiento. Con respecto a la cantidad de sesiones, los terapeutas informaron una media de 24,36 sesiones. En cuando al género, el 60% género masculino y el resto género masculino.
Conclusiones
En primer lugar, se puede constatar la relación existente entre la supervisión de la práctica profesional, los elevados niveles de involucramiento curativo y los bajos niveles de involucramiento estresante. Dicho más claramente, cuanto más supervisan los profesionales, la forma de involucrarse en el tratamiento es más cercana a lo esperable para alcanzar los mejores resultados. Esto proporciona evidencia que apoya la necesidad de supervisar la práctica clínica de los psicoterapeutas. Esto sería especialmente importante en aquellos profesionales con menor nivel de experiencia y con marco teórico cognitivo-conductual, ya que los que los psicoanalistas refirieron supervisar sus casos clínicos con mayor frecuencia.
En segundo lugar, la forma en que los profesionales diagnostican está claramente influida por el marco teórico que suscriben. Esto representa un problema a la hora de establecer un mapa de los diagnósticos más prevalentes y de las indicaciones terapéuticas que de ellos se desprenden. Se destaca la necesidad de contar con consensos en este aspecto que permitan avanzar hacia datos fiables sobre los cuales planificar la asistencia psicoterapéutica en nuestro país.
En tercer lugar, la AT mejora con la experiencia. Los profesionales más experimentados se parecen más entre sí, se manejan con mayor independencia de su marco teórico y alcanzan mejores niveles de AT y resultados más positivos en los tratamientos, según ellos informan.
En cuarto lugar, y en consonancia con lo anterior, los psicoterapeutas que informan mejores niveles de AT ven a la psicoterapia como un trabajo ―artesanal que incluye una reflexión y requiere mantener una posición no omnipotente y ―amabilidad (kindness) terapéutica mientras que los que refieren obtienen resultados más pobres se caracterizan por posturas más dogmáticas, tienden a considerar a la psicoterapia más como un conjunto de habilidades y destrezas que se pueden aprender como resultado de la comprensión lógico-racional.
Finalmente, quisiera destacar que los profesionales de este estudio afirman experimentar un progreso en su experiencia, que implica una mejora en sus habilidades y estrategias, un desarrollo positivo y reconocen su motivación para seguir desarrollándose. Es necesario profundizar en estos temas referidos a la adquisición de mayores destrezas en el ámbito de la AT. Como se pudo observar a lo largo de esta investigación la AT es un ingrediente destacado en el ejercicio de la psicoterapia que contribuye a aliviar el padecimiento que lleva a los pacientes a la consulta psicoterapéutica.
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