Algunas consideraciones
El ser humano tiene un rol activo en la determinación de su trayectoria vital. Actualmente se considera a los individuos como amplios sistemas vivientes, “lejos del equilibrio” y en constante interacción dinámica con su ambiente (Prigogine ,Strangers, 1984, citado en Delle-Fave, Massimini, Bassi, 2011). Estos intercambios generan experiencias subjetivas.
Las experiencias subjetivas están compuestas de aspectos cognitivos, emocionales y motivacionales que representan el procesamiento consciente de la información procedente del mundo interior y exterior de la persona (Csikszentmihalyi y Figurski, 1982; Hilgard, 1980).
El término experiencia óptima refiere a los productos cognitivos, emocionales y motivacionales positivos, reportados durante este estado (Delle Fave, Massimini, & Bassi, 2011) .Csikszentmihalyi y Figurski, (1982) y Hilgard (1980) identificaron el flow (fluir) como una experiencia subjetiva óptima siendo este un estado complejo y altamente estructurado de profundo involucramiento, absorción y disfrute.
El término experiencia de fluidez (flow) expresa el sentimiento de continuidad, concentración y acción, reportados por la mayoría de los individuos en la descripción del mismo.
El término experiencia óptima de fluidez se refiere a la presencia de aspectos positivos de la cognición, emoción y motivación reportados en esta condición. Hablamos así de experiencias positivas.
Según estudios realizados se describen características de la experiencia óptima, en diferentes culturas, clases, género y edad, así como a través de diferentes tipos de actividad (Csikszentmihalyi, 1997; Nakamura y Csikszentmihalyi, 2002 ).
¿Cómo es el estado psicológico de fluidez que algunos sujetos experimentan en la participación en una determinada actividad?
En el estado de experiencia óptima de flow (fluidez) las personas se hallan tan involucradas en la actividad que están realizando que nada más parece importarles” (Csikszentmihalyi, 1998). Esta experiencia es tan agradable que las personas desean realizarla por el disfrute que les proporciona la actividad en sí misma, incluso cuando esta actividad pueda ser extremadamente difícil o peligrosa o pueda no existir recompensa tangible (Csikszentmihalyi, 1990). Esta experiencia óptima se compone de nueve dimensiones que la caracterizan (Csikszentmihalyi, 1990, 1998):
1. Equilibrio entre la habilidad percibida y el desafío que plantea la actividad: ocurre cuando la habilidad se percibe como adecuada para enfrentarse a las demandas de la situación, aun cuando éstas sean mayores que las usuales.
2. Unión entre la acción y la conciencia: explica la implicación y la absorción total en la actividad, y es tan profunda que las acciones se vuelven espontáneas o automáticas.
3. Metas claras: los objetivos a lograr con la actividad son claros, lo que genera en la persona una fuerte sensación de qué es lo que quiere conseguir con ella.
4. Retroalimentación clara y directa: permite a la persona saber que se está logrando su objetivo.
5. Concentración en la tarea presente: las personas expresan el estar realmente centrados en la actividad, sin que nada los pueda correr de este foco.
6. Sentimiento o percepción de control: la persona experimenta una percepción de control total sobre la tarea que se está realizando, aun cuando la tarea sea muy difícil.
7. Pérdida de la autoconciencia: implica que la preocupación por la propia imagen o la opinión de los demás desaparece, conforme la persona se involucra en la actividad que está realizando.
8. Deformación en la percepción del tiempo: puede llevar a la sensación de que las acciones se dan como “en cámara lenta” o, al contrario, que se pasan rápidamente. En ambos casos, se puede decir que la percepción del paso del tiempo es diferente al común de todos los días.
9. Experiencia autotélica: del griego auto (sí mismo) y telos (finalidad), el elemento clave de una experiencia óptima es que ésta tiene un fin en sí misma. Se refiere a una actividad que se contiene en sí misma, que se realiza no por conseguir algún beneficio, sino simplemente porque hacerla, en sí, es la recompensa.
Profundizando en la caracterización de las experiencias óptimas de fluidez, la relacionaremos con otros estados siguiendo los lineamientos de los autores que originalmente conceptualizaron este estado (Csikszentmihalyi, 1997; Nakamura y Csikszentmihalyi, 2002).
Dimensiones componentes de las experiencias de fluidez y sus relaciones con otros estados:
{ver tabla 1}
Para Delle-Fave y Massimini (2005) los individuos, como sistemas vivos y abiertos, interactúan activamente con su entorno. A lo largo de su vida, preferentemente repiten determinadas oportunidades de acción disponibles. Este proceso ha sido etiquetado como selección psicológica y se basa en la calidad de la experiencia reportada en situaciones cotidianas. La evidencia empírica ha demostrado que los individuos preferentemente seleccionan, reproducen y cultivan las actividades asociadas con la experiencia óptima. Esta experiencia caracteriza un estado de conciencia distintivamente positivo y complejo. Así conceptualizada, los hallazgos indican que es intrínsecamente gratificante y lleva a los individuos a buscar repetir esas experiencias (Csikszentmihalyi, 1993; Delle-Fave et al., 2011a). En tanto la gente se va especializando en realizar actividades desafiantes, desarrollan niveles más altos de habilidades y la actividad en sí deja de ser tan absorbente como lo era antes. Para experimentar una experiencia óptima, los individuos deben identificar y comprometerse con desafíos más complejos (Leibovich de Figueroa, Gimenez, Aranda Coria, Esparza Baigorri, 2014).
Desde esta perspectiva, la experiencia óptima fomenta el desarrollo de competencias individuales, modelando el patrón de selección psicológica.
El nivel óptimo de desafíos se ajusta a las habilidades existentes del sujeto. Una actividad que favorece las experiencias óptimas provee un sistema de desafíos graduales, que permiten a la persona acomodarse a ellos continuamente y disfrutar profundamente, mientras las habilidades crecen (Csikszentmihalyi, 1993).
La relación entre habilidades y desafíos se ha estudiado también en relación a la apatía en diferentes muestras y actividades. Se detectó un núcleo estable cognitivo para ambos estados, alrededor del cual las variables afectivas y motivacionales fluctúan de acuerdo a la estructura de las actividades. También se recogieron pruebas empíricas de la apatía caracterizada por la desconexión, la interrupción de la atención, el afecto negativo y los bajos desafíos percibidos (Delle-Fave y Massimini, 2005).
El cultivo de actividades estructuradas y significativas a largo plazo podría ser utilizado como una herramienta de intervención para el desarrollo individual.
A continuación, presentamos un gráfico {ver figura 1} que muestra el modelo de fluctuación de la experiencia (EFM). Los 8 canales identifican diferentes estados de experiencias sobre la base de la percepción del balance entre desafío-amenaza. Uniendo así los estados de ansiedad, experiencia óptima, relajación, apatía, en función del balance percibido.
Disfrute
Centrando nuestro interés en las experiencias subjetivas positivas, especialmente, en aquellas que se “disfrutan” fijaremos una actividad para su observación y caracterización. La actividad elegida ha sido la ejecución de instrumentos musicales. Esta elección se debió al significado que ella tiene para los sujetos.
Diversos autores proponen definiciones de disfrute:
Moon & Kim (2001), definen el disfrute como el estado que se produce cuando un sujeto encuentra una actividad auto motivante y así se compromete por “razones intrínsecas” más que por recompensa extrínseca.
El término disfrute (enjoyment) ha sido utilizado para indicar una disposición positiva general hacia el gusto por una actividad o contenido. Posee componentes afectivos, cognitivos y comportamentales que operan a un nivel evaluativo y experiencial de la persona (Nabi & Krecmar, 2004).
El disfrute ha sido señalado como una primera razón para iniciar y mantener el compromiso (Weis y Chaumenton, 1992) con la actividad.
Para Wiersma (2011), el disfrute es una respuesta afectiva positiva en la experiencia de deporte y refleja sentimientos generalizados como placer, agrado y diversión (fun).
Otros autores han considerado que el disfrute es sinónimo de motivación intrínseca (Deci, 1975, Deci y Rayn, 1985) o de flow.
Para Fang y Zhao (2010), el concepto de disfrute en el uso de computadoras permanece aún no bien definido.
En relación a la actividad musical Csikszentmihalyi y Rich (1997) comentan que la improvisación musical es un excelente vehículo para la experiencia de flow. Si los músicos pueden elegir el nivel de dificultad para su propio nivel de habilidad y luego ir un paso más allá, se logra el balance entre el desafío y la habilidad, en una sesión ideal de música. Si todas estas condiciones están presentes el proceso de improvisación se vuele intrínsecamente reforzador. Este refuerzo intrínseco del disfrute se siente cuando la actividad es realizada al más alto límite de nuestra habilidad. Mantiene a los ejecutantes probando una y otra vez para superarse a sí mismos. Sin disfrute la motivación que se necesita para perseverar se pierde.
La evidencia empírica indica que la base de la motivación en las actividades humanas se encuentra en 2 sistemas independientes llamados sistemas de acercamiento y de evitación (Elliot y Thrash, 2002). La activación del sistema de acercamiento da como resultado placer. La activación del sistema de evitación conduce al pánico (Berridge y Waterhouse, 2003)
Investigadores de la Psicología y las Neurociencias a menudo usan el término “placer “para describir una reacción agradable de la experiencia en general. Otros usan el término “disfrute” para describir y explicar la reacción positiva hacia los juegos por computadora y sus contenidos. (Fang y Zhao 2010) usa disfrute para describir y explicar las reacciones positivas derivadas del juego por computadora.
En resumen, el disfrute aparece como un componente derivado del estado de fluidez con características propias. Es proceso y resultado.
Nuestra propuesta
Desde que el disfrute se caracteriza por darse en relación a una actividad realizaremos la conceptualización del disfrute desde nuestras observaciones sobre el disfrute en la ejecución de un instrumento musical.
El significado de la música para el sujeto se puede entender como fundamentalmente estético, personal o social, o en términos de combinaciones de alguno o todos estos dominios.
Debemos diferenciar:
a. El sujeto del disfrute.
Incorpora a la persona y sus características e historia personal y social que la modela.
b. El objeto del disfrute.
Se refiere específicamente a la actividad, por ejemplo la ejecución de un instrumento musical. El disfrute está determinado situacionalmente, por lo tanto, no podemos prescindir de la actividad en la que se ancla y de allí deriva su condición contextual.
Como Clayton (2016)) indica, la música puede cumplir una multiplicidad de funciones en diferentes sociedades. Teniendo esto en cuenta, sus significados pueden interpretarse mejor como signo de concepciones émicas de hechos y circunstancias sociales.
Ya sea en la ejecución de una actividad, en su rememoración o en el fantaseo prospectivo, el disfrute se expresa en un escenario (real o imaginario) que da encuadre al estado en su totalidad.
Se tiende a concebir la música como una construcción social de la cual los significados solo se pueden dilucidar mediante el análisis de los procesos y condiciones que pertenecen a los contextos dentro de los cuales se produce y recibe la música.
El objeto del disfrute refiere al evento que convoca a este estado. Aquí podemos señalar una diferencia con el flow que se manifiesta en actividades estructuradas, en tanto el disfrute también puede darse en actividades inestructuradas. Hay disfrute en actividades musicales no estructuradas (composición, creatividad, ejecución). Lo importante son las características significativas del objeto del disfrute para el sujeto. El objeto del disfrute (la actividad) se da cuando está dentro de las actividades significativas (tema de vida o vital) del sujeto.
Csikszentmihalyi, y ,Beattie (1979) estudiaron las historias de vida de 30 hombres para ilustrar el concepto de tema de la vida.
Un tema de la vida se define como una representación afectiva y cognitiva de los problemas existenciales que la persona desea resolver. Es la base fundamental de las interpretaciones de la realidad y la vía para afrontar la misma en el sujeto.
Se convierte en la base para una interpretación fundamental del individuo de la realidad y la forma de hacer frente a esa realidad.
En nuestra propuesta consideramos que el tema de vida da significado al objeto del disfrute durante el transcurso de la experiencia de disfrute.
El significado en la música ha sido conceptualizado de diversas maneras por filósofos, músicos, antropólogos. y sociólogos. Mientras que la visión estética del significado de la música ha sido predominante durante los últimos dos siglos, otras concepciones para el significado de la música han ido surgieron. Estas concepciones se ubican en el fluir de la experiencia musical (Meyer, 1956) o en las relaciones entre la música y los factores y fuerzas sociales.
c. El estado de disfrute
Consideramos al disfrute como un estado psicológico razón por la cual está inscripto en un tiempo.
d. La experiencia de disfrute
Tiene diferentes intensidades según el sujeto.
f. La temporalidad del disfrute.
Es una experiencia autotélica con gratificación actual. Es un estado psicológico óptimo por las emociones positivas que produce.
Categorías del disfrute y sus componentes expresivos
A través de técnicas cualitativas definimos las categorías emergentes de la experiencia de disfrute.
Estas categorías se expresan a través de sus componentes observables empíricamente.
1-Categoría cognitiva: Se trata de productos del procesamiento cognitivo de la experiencia de disfrute. Involucra la memoria, percepción del tiempo, atención, concentración, pensamientos y creencias acerca de cómo funciona la mente (meta cogniciones). Objetos del pensamiento en relación a sí mismo, a la tarea, al rendimiento durante la ejecución. Una de las cuestiones más comunes encontradas aquí es que en experiencias muy intensas de disfrute, por ejemplo, quienes ejecutan instrumentos musicales refieren no pensar en nada y olvidar todas preocupaciones.
2-Categoría emocional: Incorpora el registro subjetivo de percepciones en relación a estados afectivos durante la experiencia de disfrute. Es el componente que más relaciones tiene con los otros. Percepción, experiencia interna e inmediata de las sensaciones asociadas a la experiencia de disfrute. La referencia a las emociones puede darse desde el plano metafórico o imaginario ("sentirse libre", "estado de perfección") o en otro más anclado en las percepciones físicas de la experiencia (sensación de calma, relajación).
3-Categoria motivacional: incorpora aspectos que llevan a la ejecución del instrumento. Refleja el compromiso en la experiencia durante la experiencia. Involucra una tendencia a la acción, la inversión de tiempo real en la práctica de la ejecución musical. Implica la dirección e intensidad de nuestros propios esfuerzos; la causa de la performance/ejecución. Es una motivación principalmente intrínseca en una actividad significativa para el sujeto. Actividad con significado vital para el sujeto (life theme) (Csikszentmihalyi,y, Beattie, 1979).
4-Categoria Contextual: Integra la interacción social de la performance. Implica el reconocimiento de la naturaleza cambiante y dinámica del contexto. Condiciones contextuales físicas, puesta en escena, escenario de la experiencia. ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Con quién?
{ver figura 2}
El trabajo de DeNora (2000) sugiere que la música puede ser significativa en el empleo por los oyentes para hacer "trabajo emocional" en la regulación de sus emociones y estados de ánimo en la vida cotidiana. Los hallazgos de DeNora se ven reforzados por los de Sloboda, O'Neill e Ivaldi (2001), quienes ampliaron un enfoque innovador (el método de muestreo de experiencia) para muestrear la naturaleza y el significado de la experiencia de la música en la vida cotidiana. Ellos encontraron que la música era particularmente significativo en contextos sociales e individuales en los que la elección personal de música estaba disponible, y que la eficacia de la música en la regulación de la emoción y el estado de ánimo era mayor en tales contextos. Entrelazado con el estudio empírico de la funcionalidad individual y social. Las dimensiones afectivas de la música son exploraciones de las formas en que se usa la música. En la formación y mantenimiento de los sentidos del yo y del grupo. Una amplia gama de investigaciones se informa en MacDonald, Hargreaves y Miell (2002).
La experiencia de disfrute expresa su dinamismo al ser considerada proceso y resultado. Por ejemplo el disfrute se reporta tanto en la implicación al momento de la ejecución del instrumento, como al recordar una ejecución que ha mostrado tener buenos resultados para el ejecutante. El feedback también es consignado como parte de la experiencia de disfrute, asociado al resultado de la performance musical, y aunque parece tener características distintas al disfrute durante la ejecución, no son disociables proceso y resultado en el reporte de la experiencia de disfrute como un todo. Aquí radica la cualidad dinámica de la experiencia de disfrute, como proceso y como resultado. La principal motivación para involucrarse con la música en el mundo occidental contemporáneo es facilitar las transacciones involucradas en la formulación, presentación y afirmación de las múltiples dimensiones, de identidades individuales y grupales.
La cualidad dialéctica entre proceso y resultado en el disfrute trae la cuestión de lo novedoso, en tanto en cada experiencia de disfrute existe un descubrimiento (sobre el propio estado, sobre lo que se genera en otros, sobre la interacción entre objeto y sujeto del disfrute).
La experiencia de disfrute lleva a una mayor complejidad personal, como un proceso espiralado ascendente. La complejidad es la resultante de la armonía existente entre pensamientos, emociones, motivación y acción en contexto. El disfrute puede ser pensado entonces, como una experiencia óptima donde la necesidad de equilibrio entre desafío y habilidades pone al sujeto en la búsqueda de desafíos cada vez más complejos para lograr el disfrute en la experiencia optima de flow.
Según estudios realizados se describen características de la experiencia óptima, que son las mismas en diferentes culturas, clases, género y edad, así como a través de diferentes tipos de actividad (Csikszentmihalyi, 1997; Nakamura & Csikszentmihalyi, 2002; Della Fave et al, 2011) Las actividades óptimas y la experiencia asociada en los diferentes dominios de la vida muestran tanto similaridades como diferencias entre grupos, por ejemplo, entre individuos de la cultura occidental y no-occidental.
La Psicología ha mostrado un importante crecimiento acerca del rol de la cultura en el modelado de la experiencia humana.
Ciertas actividades específicas no tienen el mismo significado y función en diferentes culturas. La detección de diferencias psicológicas debidas a rasgos culturales nos puede ayudar a descubrir los rasgos universales comunes de los seres humanos. Esta perspectiva o perspectiva ética asume que todos los miembros de nuestra especie tienen experiencias comunes. Pero esta perspectiva no es aceptada por todos los académicos. Cada cultura tiene códigos y un conjunto exhaustivo de instrucciones en relación a la conducta de los individuos. La relación entre la conducta individual y las instrucciones culturales es mejor entendida dentro del sistema cultural especifico. (Émico)
El consenso que rodea la noción que la música es explicable solo en su contexto social se evapora al abordar la cuestión de qué formas pueden adoptar estos significados. Como Titon y Slobin (1996, p. 1) notan, mientras que "La música es universal... su significado no lo es".
Condiciones para su manifestación
Debe existir un balance entre afecto positivo y significado personal. Este balance refleja la unión o complementación entre el mundo interno y externo. Así mismo, implica una relajación psicofísica producto de la gratificación que produce.
Como se mencionó anteriormente, los seres humanos tendemos a repetir las acciones que han sido placenteras y disfrutables como un mecanismo de “selección psicológica”.
Proponemos el disfrute como relacional (con la actividad, con uno mismo, con otros, con objetos físicos y psicológicos como imágenes, pensamientos); hay un control de la interacción con los mismos y se da en un contexto significativo para el sujeto y puede dar lugar a acciones hacia el interior o exterior del sujeto. Transcurre temporalmente en un continuo que varía del aburrimiento (ausencia de disfrute) al disfrute. Para Delle Fave (Delle Fave y Massimini (2005) en la intersección entre el desafío y las habilidades aparece el disfrute.
Se trata de un constructo complejo y multidimensional con manifestaciones empíricas, no podemos negar su existencia e importancia en la vida de las personas.
A modo de conclusión
Disfrute significa para el sujeto la realización de una actividad temporalmente acotada en un estado de experiencia óptima positiva. Hay condiciones, por ejemplo, la disposición de la personalidad para poder experimentarlo. Las experiencias de disfrute que genera una actividad pueden repetirse.
Es un estado que puede ser experimentado por cualquier ser humano siempre y cuando el objeto del disfrute (la actividad) sea vitalmente significativa para él. La significación vital de la actividad variará de sujeto a sujeto en función de las significaciones culturales de las actividades que lo producen.
Como toda experiencia humana, resulta compleja en su conceptualización, pero aquí proponemos diferenciar objeto, sujeto y estado de la experiencia de disfrute, así como entenderlo en su cualidad dinámica en la que proceso y resultado no se encuentran disociados. Podríamos pensar al disfrute como camino y como llegada. Incluso como punto de partida a estados más complejos, de la mano de la selección psicológica, en la que puede entenderse como una experiencia óptima que aporta a la complejización de la experiencia humana. Si pensamos una vida sin disfrute, al menos en el campo de lo psicológico nos encontraríamos con diversas caracterizaciones psicopatológicas como abulia o depresión.
El disfrute se encuentra en relación a nuestras experiencias más significativas, que nos forman como personas, y que hacen a la huella que dejamos en el mundo.
La posibilidad de experimentar experiencias positivas y tener bienestar es un derecho de todo ser humano. Si conocemos las condiciones y componentes de las mismas aportaremos a una calidad de vida mejor para cada sujeto.
La universalidad de la experiencia de disfrute (aspecto ético) y sus componentes culturales específicos (émico) constituyen aspectos abiertos de este complejo concepto.
Aún falta mucho por investigar acerca de este concepto y su evaluación empírica. Estamos en la vía y este artículo tiene como propósito aportar a ello, específicamente en el campo disciplinar de la Psicología y sus intersecciones con otras ciencias.
- La actividad que aquí nos permitió ver la conceptualización presentada en sus aspectos de manifestación empírica fue la ejecución de instrumentos musicales... La elección de esta actividad estuvo basada en el significado personal y social que dicha actividad posee actualmente en las diferentes culturas. Esto ha sido debidamente justificado en páginas anteriores.
La información empírica resultante en este Proyecto ha sido objeto de otros artículos.
Nota del Autor
La información presentada se inscribe en el Proyecto UBACYT 2002017010652BA Consumo de alcohol en población joven: factores protectores a través del deporte y la música Directora: Vanina Schmidt. Codirectora: Nora B. Leibovich
Las autoras agradecen a la Lic Florencia Martucci su colaboración para la realización de este artículo.
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