Introducción
El
presente trabajo intenta explicar -desde la psicología del
desarrollo- una de las bases que justifica la exploración de
la relación entre el estrés prenatal de mujeres
gestantes y la manifestación de sus efectos en el crecimiento
del feto a través de los conceptos de la epigenética.
La
intervención temprana en el estado de salud emocional de la
mujer gestante con signos de estrés prenatal tiene cada vez
más razones para ser considerada una cuestión de
política de salud pública. Numerosos estudios
evidencian los cambios epigenéticos en los niños con
consecuencias sobre su propia salud.
Ciencias
y procesos de desarrollo
Como
menciona Valsiner (2004) la ciencia del desarrollo se orienta hacia
algunas direcciones interesantes compartiendo una idea de lo complejo
de los procesos con la biología del desarrollo, que hace foco
en la flexibilidad de los organismos para preadaptarse. La ciencia
del desarrollo trata hacia el futuro de preservar el tiempo en las
unidades de análisis, de renunciar a la noción de
variables para orientarse al estudio dinámico de la
transformación de las estructuras y al análisis de
casos únicos como origen de datos básicos dentro del
concepto de muestra. El complejo de ideas del desarrollo intenta
revelar las leyes de la emergencia de la novedad en un tiempo
irreversible. Esta novedad emerge a través de la
transformación estructural de los sistemas psicológicos
durante la vida humana en paralelo con la biología del
desarrollo.
El
estudio de los procesos mismos permite la integración de los
niveles de desarrollo humano. La psicología del desarrollo
como ciencia emerge sobre las bases de la embriología y del
pensamiento evolucionista orientándose a posteriori hacia una
separación de la psicología del desarrollo.
Considerando las direcciones futuras que toma la ciencia del
desarrollo para innovar las prácticas de investigación
de la psicología del desarrollo: preservación del
tiempo, estudio de la trasformación de las estructuras y el
estudio de caso único –de una persona en su proceso de
negociación en un escenario particular-, puede decirse que se
está ante la posibilidad del estudio del desarrollo humano
desde una cosmovisión más integradora.
El
creciente trabajo sobre la epigenética en general, sobre la
epigenética social y sobre la epigenética y el
desarrollo infantil refuerza fuertemente el reconocimiento de que los
genes y el medio ambiente, la naturaleza y la nutrición están
involucrados en complejas interacciones y transacciones, en lugar de
actuar como fuerzas opuestas (Keating, 2016).
La
consideración del desarrollo como construcción de
formas nuevas (Valsiner, 1988) en un tiempo irreversible a través
de los procesos de intercambio entre organismo y ambiente propone que
el mismo se da en un sistema abierto. Cada organismo bio-psico-social
sólo se desarrolla en función de sus relaciones
permanentes de intercambio con su medio ambiente. Así, los
modelos que explican los procesos de desarrollo son aquellos que
consideran la dinámica de intercambios.
Epigenética
y sus implicaciones en la salud
La
epigenética está comenzando a brindar la oportunidad de
revolucionar la comprensión del rol de la genética y el
ambiente para explicar del comportamiento humano como refieren
Lester, Conrad y Marsit (2016).
La
epigenética puede definirse como los cambios heredables en el
ADN e histonas que no implican alteraciones en la secuencia de
nucleótidos pero modifican la estructura y condensación
de la cromatina afectando de este modo la expresión de los
genes y el fenotipo. Estas modificaciones se producen a través
de dos procesos llamados, metilación de ADN y modificaciones
de las histonas. Los mecanismos epigenéticos adquieren cada
vez mayor relevancia debido a la creciente asociación con
enfermedades complejas y otras más comunes, así como la
influencia en la salud transgeneracional y evolución humana.
(García Robles et al., 2012).
En
el trabajo de Naumova y colaboradores (2016) se ofrece evidencia
inicial de una asociación entre el ambiente social temprano y
el epigenoma. Dicho de otro modo, entre el epigenoma de la
descendencia y las diferentes facetas de la crianza de los hijos.
Esto podría sugerir que los cambios en el rechazo parental
percibido tienen una asociación más fuerte con el
epigenoma de la descendencia que las medidas de las dificultades
maternas en la crianza. Actuaría como factor de ajuste ante
las condiciones ambientales de crianza.
El
estrés prenatal materno
La
exposición al estrés afecta de manera diferente los
tejidos de la gestante y el feto, incluso dependiendo de la etapa del
embarazo. Cuando ocurre en una etapa muy temprana de la vida da forma
a la actividad del eje hipotalámico-pituitario-adrenocortical
y el cerebro en formación. En la etapa prenatal los
glucocorticoides pasan a través de la placenta hacia el feto
como impactos postnatales en el desarrollo del cerebro, el peso al
nacer y el funcionamiento del eje HPA (Kertes et al., 2016). El
cortisol maternal elevado se asocia con una respuesta de cortisol
infantil mas grande y un retraso conductual en la recuperación
de la tensión dolorosa en las tomas de una muestra de sangre
del talón. Las hormonas prenatales del estrés y el
estrés materno son u mecanismo potencial para la programación
fetal de los desórdenes psiquiátricos.
Es
bien sabido como demuestran estudios recientes (Grizenko et al.,
2015) que niños con sintomatología relacionada con
déficits atencionales e hiperactividad tuvieron como uno de
los factores asociados a su desorden, madres que sufrieron estrés
durante el embarazo. Diversas son las circunstancias que hayan
originado el mismo, como ser, abuso físico, desventajas
psicosociales, complicaciones obstétricas, molestias diarias,
eventos significativos de vida durante el embarazo y tabaquismo. Una
de las medidas claves es la manifestación de elevada ansiedad
específica al embarazo.
Recientes
estudios longitudinales hacen notar que el número y el momento
de factores de estrés experimentados durante el embarazo
influyen en el desarrollo motor en la etapa tardía de la niñez
y en la adolescencia (Grace, Bulcera, Robinson y Hand, 2016). Se
indica que eventos estresantes experimentados en la última
etapa del embarazo estuvieron negativamente asociados con el
desarrollo motor de la descendencia, mientras que eventos estresantes
ocurridos en etapas tempranas no tuvieron impacto significativo. Esta
información refuerza la significancia de la profundización
del estudio del estrés prenatal en mujeres gestantes.
De
modo que puede subrayarse la importancia de generar espacios de
sostén social para la reducción de síntomas en
las gestantes (Lester, Conrad y Marsit, 2016).
Implicancia
en el desarrollo del feto
Los
estudios de Kagan (2011) a lo largo de décadas merecen ser
considerados en el sentido de considerar que cada persona nace con su
propia fisiología particular y con una determinada
configuración de rasgos temperamentales. Ni los gemelos
comparten todos los rasgos el día del nacimiento, debido a la
existencia de fenómenos aleatorios que afectan a uno u otro de
los fetos durante el embarazo. Mucho de los comportamientos que
parecen rasgos temperamentales como la irritabilidad, la sonrisa o el
nerviosismo, pueden tener más de un origen. Así Mc Hugh
(2008) propone agrupar los rasgos según tres criterios:
a)
Si se trata de un rasgo atribuible principalmente a algún
perfil neuroquímico o a alguna característica de la
anatomía cerebral
b)
Si se trata de un rasgo proveniente de un grupo de alelos
hereditarios o de un fenómeno ocurrido en la etapa prenatal o
neonatal
c)
Si la base fisiológica del rasgo temperamental afecta
principalmente a las estructuras límbicas del cerebro que
guardan un vínculo estrecho con la excitabilidad emocional, o
a las estructuras del lóbulo que son más importantes en
la regulación de las conductas impulsivas.
Sin
embargo, no se conoce aún que genes y moléculas
contribuyen a los perfiles temperamentales.
Los
estudios realizados muestran que las emociones guardan estrecha
analogía con las estructuras moleculares ocultas. En la
actualidad no se cuenta con procedimientos que permitan evaluar ni la
calidad de los diversos sentimientos ni el estado cerebral en el cual
se basan. Realizar una investigación traslacional ofrecerá
un panorama más profundo sobre los motivos de las distintas
personas y en su vulnerabilidad a los síntomas perturbadores
de la ansiedad crónica, la depresión, la insensibilidad
y las dificultades cognitivas entre otras (Vega y Guiragossian,
2016).
Para
Davis, Glynn, Waffarn y Sandman (2011) los signos maternales
prenatales facilitan la adaptación prenatal para el ambiente
posnatal. El funcionamiento de los niños y adultos, incluyendo
la vulnerabilidad a enfermar, parecen ser determinados, en parte por
exposiciones que ocurren durante el período fetal (Barker,
1998). Crecientes evidencias indican que las influencias prenatales
juegan un rol en el desarrollo de los desórdenes psiquiátricos
como la ansiedad, depresión y comportamientos externalizadores
(Bohnert, Breslau y Kipling, 2008; Costello, Worthman, Erkanli y
Angold., 2007; Hellemans, Verma, Yoon, Yu y Weinberg, 2008). Se ha
propuesto que las disrupciones en el funcionamiento del eje
hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA) puedan ser responsables
de esos efectos (Kapoor et al., 2008; Seckl y Meaney, 2006). Los
datos observados aquí, en un estudio longitudinal, se
encuentran entre los primeros con los humanos para demostrar que las
hormonas del estrés y el estrés materno prenatal
alterar el funcionamiento del sistema de regulación del estrés
en la descendencia, independientemente de las influencias del
posparto, y puede ser un mecanismo potencial para la programación
fetal de trastornos psiquiátricos posteriores (ej. Bergman,
Sarkar, Glover, y O'Connor, 2008). Nuestra intención es
continuar el seguimiento de esta cohorte para determinar los efectos
de las experiencias prenatales y postnatales tempranas sobre el
desarrollo de los sistemas de regulación de tensión.
Conclusión
La
psicología del desarrollo y la epigenética sirven de
base para acercarse a una explicación de la necesidad de
considerar ciertas problemáticas maternas como puntos
influyentes de atención para el desarrollo de los niños.
Los
cambios a nivel epigenético –en el modo en cómo
el ADN se expresa y se adapta al ambiente- pueden causar problemas en
la salud mental de los niños así como explicar un
amplio rango de problemas físicos a largo plazo, cuestiones
del desarrollo infantil e incluso consecuencias en las futuras
generaciones.
Según
Hedges y Woon (2011) el estrés maternal durante la gestación
puede afectar la función cognitiva de los niños. En un
estudio de Buitelaar, Huizink, Mulder, de Medina y Visser (2003), el
estrés prenatal fue asociado con déficits cognitivos,
incluyendo la desregulación atencional a la edad de 8 meses.
En otro estudio diseñado para evaluar los efectos del estrés
prenatal independiente de la exposición al estrés
posnatal, el primero predijo el desarrollo mental entre los 14 a 19
meses (Bergman et al., 2008). De hecho, los autores concluyen que la
programación fetal puede ser tan relevante para los resultados
emocionales y cognitivos como han demostrado ser para muchas otras
áreas de la salud y el desarrollo humano.
Muchos
de los daños genéticos ocurridos en el útero
como durante los primeros años de vida pueden ser no
permanentes ya que es posible revertir estos efectos biológicos
negativos tomando acciones en etapas tempranas, como ciertas
intervenciones en el ambiente.
La
posibilidad de realizar cambios en los ambientes pre y postnatales
permiten realizar la reingeniería de los cambios epigenéticos
ocurridos. Estos cambios en el ambiente pueden conducir a cambios
moleculares más favorables que influencien positivamente en el
desarrollo infantil y la salud a largo plazo. Por tanto, políticas
y prácticas sociales durante el embarazo e infancia temprana
pueden rápidamente reprogramar la estructura y función
de partes claves del comportamiento humano.
Cambios
genéticos a nivel placentario debido a causas como ansiedad y
depresión materna, problemas económicos y otros eventos
adversos durante el embarazo, pueden predisponer al infante a
adquirir un comportamiento disfuncional (Lester, Conradt y Marsit,
2016).
Mientras
que la epigenética tiene el potencial para construir
resiliencia en niños en riesgo, la psicología del
desarrollo permite diseñar estrategias de ayuda a sus madres
mediante el aprendizaje de pautas para la regulación de sus
estados emocionales perturbados en las etapas tempranas de vida como
el embarazo. Podría considerarse que la intervención
oportuna en estas etapas colaboraría a reducir los efectos
negativos en la descendencia a pesar de lo irreductible del tiempo
según la concepción de Valsiner (1998, 2004). Se
estaría frente a pautas que contribuirían a la
construcción de modelos de investigación centrados en
la persona que -considerando la interacción con el medio-
ofrecen la posibilidad de intervenir a modo preventivo en tiempos muy
tempranos del desarrollo.
Referencias
Barker,
D.J. (1998) In utero programming of chronic disease. Clinical
Science, 95(2),
15-128.
Bergman
K., Sarkar P., O'Connor T.G., Modi N., Glover V. (2007) Maternal
stress during pregnancy predicts cognitive ability and fearfulness in
infancy. J
Am Acad Child Adolesc Psychiatry, 46(11),1454-63.
DOI: 10.1097/chi.0b013e31814a62f6
Bohnert,
B.A.; Breslau, N., Kipling M. (2008) Stability of Psychiatric
Outcomes of Low Birth Weight: A Longitudinal Investigation. Arch
Gen Psychiatry 65(9),
1080-1086. doi:10.1001/archpsyc.65.9.1080
Costello,
E., Worthman, C., Erkanli, A., & Angold, A. (2007). Prediction
from low birth
weight
to female adolescent depression: a test of competing hypotheses.
Archives
of
general
psychiatry, 64(3),
338-344.doi: 10.1001/archpsyc.64.3.338
Buitelaar
J.K., Huizink A.C., Mulder E.J., de Medina P.G., Visser G.H. (2003)
Prenatal stress and cognitive development and temperament in infants.
Neurobiol
Aging, 24(1)
S53-60; S67-8.
Garcia
Robles, R., Ayala Ramirez, P. A., Perdomo Velasquez, S. P. (2012).
Epigenética: definición, bases moleculares e
implicaciones en la salud y en la evolución humana.
Rev. Cienc. Salud, 10(1),
59-71. http://www.scielo.org.co/pdf/recis/v10n1/v10n1a06.pdf
Grace,
T., Bulsara, M., Robinson, M., Hands, B. (2016). The Impact of
Maternal Gestational Stress on Motor Development in Late Childhood
and Adolescence: A Longitudinal Study. Child
Development, 87(1),
211-220. DOI: 10.1111/cdev.12449
Grizenko,
N. et al. (2015) The Effect of Maternal Stress during Pregnancy on IQ
and ADHD Symptomatology. J Can Acad Child Psychiatry, 24:2. PMCID:
PMC4558979
Hedges,
D., Woon, F. (2011). Early-life stress and cognitive outcome.
Psychopharmacology,
214,
121–130
Hellemans,
K.G., Verma, P., Yoon, E., Yu, W., Weinberg, J. (2008) Prenatal
Alcohol Exposure Increases Vulnerability to Stress and Anxiety‐Like
Disorders in Adulthood. Annals
of the New York Academy of Sciences, 1144,
154-75.
https://doi.org/10.1196/annals.1418.016
Kapoor,
M., Arora, R., Lama, T., Nijhawan, A., Kapoor, S. (2008) Genome-wide
identification, organization and phylogenetic analysis of Dicer-like,
Argonaute and RNA-dependent RNA Polymerase gene families and their
expression analysis during reproductive development and stress in
rice. BMC
Genomics, 9,
451. https://doi.org/10.1186/1471-2164-9-451
Kagan,
J. (2011) El
temperamento y su trama. Cómo los genes, la cultura, el tiempo
y el azar inciden en nuestra personalidad.
Buenos
Aires: Katz
Keating,
D. (2016). Transformative role of epigenetics in child development
research: commentary on the special section. Child
Development, 87(1),
135-142. DOI: 10.1111/cdev.12488
Kertes,
D et al. (2016). Prenatal Maternal Stress Predicts Methylation of
Genes Regulating the Hypothalamic–Pituitary–Adrenocortical
System in Mothers and Newborns in the Democratic Republic of Congo.
Child
Development, 87(1),
61-72. DOI: 10.1111/cdev.12487
Lester,
M., Conradt, E., & Marsit, C. (2016) Introduction
to the Special Section on Epigenetics. Child Development, 87(1),
29-37. DOI: 10.1111/cdev.12489
Mc
Hugh, P.R. (2008) Try
to remember.
Washington:
Dana Press
Naumova
OY, Hein S, Suderman M, Barbot B, Lee M, Raefski A, ...
Grigorenko,
E. L. (2016). Epigenetic patterns modulate the connection between
developmental dynamics of parenting and offspring psychosocial
adjustment. Child
Development, 87(1),
98–110.
Overton,
W. (1998), Metatheory
& Methodology in Developmental Psychology.
Temple University, Philadelphia, PA: Autor, Homepage. [Traducción
Sonia Borzi, documento interno de cátedra de psicología
genética de UNLP, Titular: Alicia M. Lenzi]
Davis,
E. P., Glynn, L. M., Waffarn, F., Sandman, C. A. (2011). Prenatal
maternal stress
programs
infant stress regulation. J
Child Psychol Psychiatry, 52,
119 –29.
Seckl,
J.R., & Meaney, M.J. (2004) Glocorticoid Programming. Annals
of the New York Academy of Sciences, 1032,
63-84.
Valsiner,
J. (1988). The development of the concept of development: Historical
and Epistemological perspectives. En
W. Damon & R. Lerner (Comps.) Handbook
of Child Psychology. NY:
J. Willey & Sons. Cap. 4 (189 - 232). [Traducción:
Fernando Clemente]
Valsiner,
J. (2004). What
is Development? Axiomatic bases for a Developmental Science.
Trabajo
presentado en
Nara Women's University, Psychology Department,
January, 22, 2004, pp. 91-103. [Traducción: Alicia Lenzi,
documento interno de la Cátedra de Psicología Genética,
UNLP]
Vega,
E., Guiragossian, S. (2016). Consideraciones sobre el temperamento
ansioso y su manifestación en la temprana infancia. En Huiare
Inacio, E., Elgier, A. y Clerici, G. (Ed.) Pensar
la niñez. Psicología del desarrollo desde una
perspectiva latinoamericana
(pp. 313-329). Lima: Grijley.